ella

Ella.
Pequeñita…no, pequeñita no, ella es del tamaño que quiera ser; ojos grandes con pocas pestañas y unas cuantas cejas que crean el contorno de su mirada peronunca su límite, ella tiene una nariz graciosa y redonda, también posee una boca que guarda dentro una lengua muy filosa, mejillas que presumen sus hoyuelos al sonreír, todosu rostro está enmarcado por mechones de cabello color de café que se salen de control en el momento menos indicado, su cuello en el que recae toda la responsabilidadde llevar siempre la frente en alto está adornado del lado izquierdo con su lunar favorito; termina el cuello llega la clavícula y después sus hombros que jamás estánlibres de peso, si sigues observando verás a continuación sus brazos –nada toscos pero nunca fuertes- que concluyen en manos terriblemente inquietas.
No le fueron dadosgrandes atractivos físicos o atributos mentales excepcionales y gracias al cielo tampoco le fue dado el sentido de la vanidad, en su lugar fue concebida con altos nivelesde indiferencia en la sangre.
Es la dueña de las mejores piernas que se le pudieron otorgar, pues cuando hace falta correr sabe que en ellas puede confiar, finalizamossu cuerpo mirando sus pies y sus prolongados dedos que se extienden pareciendo alejarse a propósito de su ser.
Me eh quedado contemplándola un momento y al findistingo lo que hace, con la mirada fija y totalmente absorta, en su cama, boca abajo con el torso elevado y el mentón recargado en su mano izquierda en una habitación que espenetrada por el ruido y rodeada de movimientos incesantes …
¿Ella que hace?
Ella escribe.






Soy la que llega al final, la que sobra pero nunca se va,