Ella

 ELLA
Se levantó una mañana gritando ese nombre en silencio y luego de poder abrir bien sus ojos, se dio cuenta lo tán solaque estaba.
Dió muchas vueltas entre las sábanas hasta poder salir de la cama, y cuando ya estaba de pié, la vida pesó cientos de toneladas sobre su cabeza.
Su cocina era el reflejo de sus díasdecadentes y sus ojos el reflejo de su camino sin rumbo.
Pensó que sentirse más vacía era imposible y decidió salir a acompañar el trajín diario que tejía de cemento la enorme ciudad.
El sol estabademasiado fuerte para su gusto, pero ya no sabía si era por su dolor de cabeza constante.
Caminó y pensó las mismas cosas una y otra vez, maldijo sus acciones, extrañó su niñez, recordó aquellatarde, se dio cuenta de que ya era mujer…
Para cuando el Sol confirmaba su partida, ella ya estaba muy lejos de casa, pero apenas se había dado cuenta de ello.
Ya las calles eran más oscuras, y susesquinas desconocidas. No pasaban muchos autos, ni mucha gente.
De repente sintió la necesidad de quedarse parada, sencillamente mirando a lo lejos. Por detrás de su cuerpo pasaban sombras… Sentía quesu aliento era más agitado, por primera vez en mucho tiempo, sentía un poco de adrenalina en sus angostas venas.
Empezó a girar su torso y quedó de frente a una escena casi digna de película. Esamujer se estaba aferrando a las fuerzas que ya no tenía para poder parir al bebé que venía en camino. Los gemidos desesperados comenzaron a inundar el callejón. Pero por alguna razón, ella nipestañeó. Las facciones de su rostro siguieron monótonas y aburridas. Esa mujer necesitaba ayuda, pero ella no iba a dársela. Porque al segundo se dio cuenta, de que aquél bebé que venía en camino, era ella.El tiempo no sólo se detuvo en su cabeza, como que volvió al pasado. Por alguna razón, empezó a ver la historia de su corta vida como en flashes. El día que nació, el día que su madre murió, el día...