elloa
hhhjbhjuhjhjhhhifsijfjhdiajhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-
hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-
hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhuppP: Fue apenas perceptible, como cuando hay un cambio de luz en el cielo, pero creo que todos nos dimos cuenta de inmediato. Tuve que abrir los ojos. Darío estaba frente a la tabla deouija, con un dedo sobre el puntero de madera, y cuando vio que lo miraba trató de sonreírme como si todo estuviera bien. Pero yo supe que él también había comenzado a asustarse. No éramos más que unosadolescentes borrachos, creyendo que podíamos meternos con las cosas más peligrosas. Ahora sé que hay que andarse con cuidado por la vida. La mente humana puede resultar muy frágil…P: Primero fue lavela. La llama comenzó a sacudirse como si hubiera alguna brisa, aunque la casa tenía todas las ventanas cerradas, porque era una noche bastante fresca. Y después… la mano de Darío comenzó a moverse.Mi novio enseguida abrió los ojos y le dijo que dejara de hacer estupideces. Pero bastaba mirar la cara aterrada de Darío, con los ojos saltones y la boca entreabierta, para darse uno cuenta de que nose trataba de una broma. “No puedo parar de mover la mano”, dijo. “No puedo…” Entonces la mesa se sacudió, como si hubiese alguien debajo. Todos gritamos y nos paramos, y cuando traté de desprendermis manos de las de mi novio y de Bea… no pude hacerlo. Sencillamente no pude. Mis dedos estaban tan rígidos que parecían soldados a los dedos de los otros. Y creo que a los demás les sucedía lo mismo.Vanesa comenzó a gritar que el juego ya no le resultaba divertido, que parásemos, y creo que los demás pensábamos exactamente lo mismo… sólo que no podíamos. He pensando mucho desde entonces. He...
Regístrate para leer el documento completo.