Elogio De La Perplejidad
Publicado originalmente en: Umbral. Revista del conocimiento y la ignorancia. Lima, n° 13,
nov. 2001, p. 13-21, p. 2-6. E incluso luego en: López Soria, José Ignacio. Adiós a
Mariátegui. Pensar el Perú en respectiva postmoderna. Lima: Fondo Editorial del Congreso
del Perú, 2007, p. 45-56.
La deriva de los intelectuales
Desde hace ya algunos lustros, la“intelligentzia” en el Perú, pero no sólo aquí, se ve
afectada por una crisis de la que no consigue salir airosa. Se le ha escapado de entre los
dedos el objeto mismo de su profesionalidad: no sólo la ideología sino la teoría. La cosa
comenzó con la crítica de los caminos, vino, después, el desconocimiento de los orígenes, y
se añadió, finalmente, la opacidad de las metas. Me refiero principalmenteal socialismo
como hontanar de alternativas teóricas y prácticas para pensar y organizar la experiencia
Desde el comienzo, en algunos fue la perplejidad. La crisis les sirvió para poner en duda los
fundamentos de sus saberes y creencias e incluso, a los más avezados, los impulsó a
sospechar que en todo fundamento se agazapa un afán totalitario. No pocos, nostálgicos de
las seguridades deque gozaban antes, decidieron poner su tienda del otro lado y ganarse allí
el pan -por lo general dignamente, aunque no faltan ejemplos de desembozada indignidad-
con el sudor de su servicio. Quedan todavía algunos empeñados en recuperar el terreno
perdido a través de operaciones de afeite o, en el mejor de los casos, de intentos de
refundación que suelen convencer a pocos. Finalmente,están los que refunfuñan entre
amigos y manifiestan en cenáculos su desazón por la falta de alternativas éticamente
sostenibles y políticamente viables, pero coexisten pacíficamente con el sistema y no
mueven un dedo para cambiarlo.
Con respecto al liberalismo, la otra fuente de alternativas, las cosas no van mucho mejor.
Como sabemos bien, el liberalismo no tuvo nunca en el Perú cultores deenjundia teórica, si
excluimos los ensayos de los primeros proponedores del “discurso de emancipación” y de
quienes, después, cifraron la esperanza de realización de la promesa de la vida peruana en
la defensa de la libertad individual, en la desacralización de la sociedad o en el logro del
bienestar . El liberalismo criollo posterior y del presente, más que fuente de inspiración
paraimaginar y organizar una sociedad buena, ha sido y sigue siendo aclimatación torpe de
soluciones, “copia y calco” de recetas u obediencia interesada a órdenes de más allá de
Entre perplejos, buscadores de seguridades, refundadores, refunfuñantes y copiadores de
recetas, creo que la “perplejidad” es la posición teórica y prácticamente más fructífera
porque, como la “admiración” en losorígenes de la filosofía occidental y la “duda
metódica” en los inicios de la modernidad, invita a la creación de nuevas categorías para
orientarnos en el mundo actual y saber a qué atenernos.
El discurso de las seguridades
Venimos, como he sostenido en más de una oportunidad, de un mundo de seguridades tanto
en los dominios de la cultura como en los subsistemas de acción racional con respecto afines.
Sabíamos, con certeza, a qué atenernos En la esfera de la objetividad no satisfacían la
adecuación como criterio de verdad, la coherencia y la consistencia como garantías de la
rectitud del método, la argumentación racional como retórica para el convencimiento, y
todo ello basado, en última instancia, en la evidencia propia de un sujeto aculturado y
supuestamente trascendente.En el dominio de la legitimidad, se nos enseñó a definir el bien como correspondencia con
una noción igualmente trascendente de “naturaleza humana” , y a poner en el consenso,
¿construido en un contexto supuestamente libre de violencia, la fuente de legitimación del
poder.
Finalmente, en cuanto a la representación, la belleza se define como armonía y
proporcionalidad, y el arte...
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