Elogio De La Sombra Ambient

Páginas: 73 (18103 palabras) Publicado: 17 de agosto de 2011
Junichiro Tanizaki

El elogio
de la sombra

En Occidente, el más poderoso aliado de la belleza fue siempre la luz; en la estética tradicional japonesa lo esencial está en captar el enigma de la sombra. Lo bello no es una sustancia en sí sino un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de las diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modulaciones de lasombra. Lo mismo que una piedra fosforescente en la oscuridad pierde toda su fascinante sensación de joya preciosa si fuera expuesta a plena luz, la belleza pierde toda su existencia si se suprimen los efectos de la sombra.
En este ensayo clásico, escrito en 1933, Junichirò Tanizaki va desarrollando con gran refinamiento esta idea medular del pensamiento oriental, clave para entender elcolor de las lacas, de la tinta o de los trajes del teatro nò; para aprender a apreciar el aspecto antiguo del papel o los reflejos velados en la pátina de los objetos; para prevenirnos contra todo lo que brilla; o para captar la belleza en la llama vacilante de una lámpara y descubrir el alma de la arquitectura a través de los grados de opacidad de los materiales y el silencio y la penumbra delespacio vacío.
Junichirò Tanizaki (1886-1965) es, sin lugar a dudas, uno de los mayores escritores de la literatura japonesa contemporánea. Entre sus novelas más conocidas puede destacarse Hay quien prefiere las ortigas (1955), Las hermanas Makioka (1957) y La llave (1961). El elogio de la sombra es para muchos una de sus obras maestras.

Un amante de la arquitectura que quieraconstruirse en la actualidad una casa en el más puro estilo japonés tendrá que preparase a sufrir numerosos sinsabores con la instalación de la electricidad, el gas y el agua y, aunque no haya pasado personalmente por la experiencia de construir, bastará con que entre en la sala de una casa de citas, de un restaurante o de un albergue para apreciar el esfuerzo empleado en integrar armoniosamentetales dispositivos en una estancia de estilo japonés. A menos que se sea uno de esos aficionados al té que tratan con presuntuoso desdén los adelantos de la civilización científica y que establecen su “choza” en lo más profundo de cualquier apartado rincón campestre, si se está al frente de una familia de cierta importancia y se vive en la ciudad, no veo por qué volver la espalda, so pretexto de quese quiere una casa lo más japonesa posible, a los calefactores, luces, instalaciones sanitarias, elementos todos ellos inseparables de la vida moderna. Por supuesto, un hombre medianamente meticuloso se devanará los sesos por la menor cosa, el teléfono por ejemplo, al que relegará bajo la escalera o en un rincón del pasillo, donde llamen menos la atención. Enterrará los cables eléctricos en eljardín, camuflará los interruptores en los armarios, bajo los anaqueles, extenderá las líneas interiores al amparo de los biombos, de tal manera que a veces, al cabo de tanta inventiva, sientes cierta irritación ante ese derroche de artificio. Una lámpara eléctrica es ya algo familiar a nuestros ojos, ¿entonces para qué esas medias tintas, en lugar de dejar la bombilla al aire con una sencillapantalla de cristal delgado y lechoso que dé una impresión de naturalidad y simplicidad? A veces por la noche, al contemplar el campo desde la ventanilla de un tren, he podido percibir, a la sombra de los shòji[1] de una granja, una bombilla que brillaba, solitaria, bajo una de esas delgadas pantallas pasadas de moda y lo he encontrado de un gusto exquisito.
Sin embargo, el ventilador es otra cosa,porque ni su ruido ni su forma se adaptan fácilmente al estilo de una vivienda japonesa. Si no te gusta, en una casa corriente puedes prescindir de él pero en un establecimiento que tiene que recibir clientes en verano no pueden prevalecer exclusivamente los gustos del propietario. A mi amigo, el dueño del Kairakuen, que sabe mucho de arquitectura, le horrorizaban los ventiladores y durante...
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