Elogio de los sentimientos vicerales
El tumor de Elliot, situado exactamente detrás de su frente, tenía el tamaño de una naranja pequeña; la cirugía lo eliminó por completo. Aunque la operaciónresultó un éxito, la gente que lo conocía bien decía que Elliot no era el mismo de antes, y que había sufrido un drástico cambio de personalidad. Había sido el próspero abogado de una corporación y ahorale resultaba imposible conservar un empleo. Su esposa lo abandonó. Después de malgastar todos sus ahorros en inversiones infructuosas, se vio obligado en vivir en la habitación de huéspedes de la casade su hermano.
El problema de Elliot mostraba una pauta desconcertante. Intelectualmente era tan brillante como siempre, pero utilizaba muy mal su tiempo, se perdía en detalles sin importancia yparecía haber perdido toda noción de las prioridades. Las reprimendas no lograban nada; fue apartado de una serie de trabajos jurídicos. Aunque las exhaustivas pruebas intelectuales no detectaron ningúnproblema en las facultades mentales de Elliot, decidió consultar a un neurólogo con la esperanza de que el descubrimiento de un problema neurológico le proporcionara los beneficios de la incapacidadmental a los que, en su opinión tenía derecho. Por lo demás, la conclusión parecía ser que solo se trataba de una enfermedad fingida.
Lo más curioso fue que cuando Elliot fue estudiado su estado mentalintelectual estaba en orden pero parecía extraño de que no le doliera argumentar todos los sucesos de sus fracasos en el pasado, diríamos “acaso no siente pena por sí mismo” sonaba como maquinaprocesando datos. Nos impresionaríamos saber de qué una partes de nuestro cerebro es la encargada de nuestra emoción, y de nuestros sentimientos, resulta que la gran inconciencia emocional que teníaElliot era producto de una secuela de la operación ya que además del tumor, desprendieron las conexiones entre los centros inferiores del cerebro emocional, sobre todo la amígdala y los circuitos...
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