Eloy Alfaro

“Los hombres indiferentes a la desventura de la nación, aunque sean privadamente laboriosos, son auxiliares inconscientes de la corrupción y desgracia de los pueblos”
Distinguidas autoridades presentes
Selectos invitados, compañeros estudiantes, publico presente…
Leal, generoso, verídico y tolerante hasta con sus peores adversarios sus palabras favoritas eran perdón y olvido. En respuesta deser la historia, que hoy la juventud estudiosa, recuerda su sacrificio y entrega, rindiendo un reverente homenaje, nacido desde nuestras almas juveniles. Permitidme a los presentes referirme con sublime orgullo y respeto sobre
Los 150 años de la Fragua del Colorado del 5 de junio de 1864, primer levantamiento armado de Eloy Alfaro Delgado, en Colorado, Montecristi. La heroína Isabel Muentes deAlvia
Es importante analizar los entretelones del histórico primer levantamiento armado del entonces joven revolucionario, Eloy Alfaro Delgado.
Era el memorable 5 de junio de 1864. Alfaro solo tenía 24 años.
El Jefe liberal provincial, José María Albán, había hecho un recorrido por Manta, Jipijapa, Portoviejo y algunos caseríos, provocando la exaltación de sus habitantes. En Jipijapa, elpresidente del Concejo, Pedro León Villota los ediles Antonio Andrade, Manuel Navarrete, Antonio Villafuerte, Víctor Mera, Pedro Alcántara y Francisco Castro, fueron los que demandaron con urgencia la iniciación de una guerra civil contra el orden de cosas imperante. En Portoviejo, Francisco Menéndez de gran prestigio por haber sido legislador; y el prestante educador José Moreira se adhirieron a lacausa, aduciendo haber observado que el presidente García Moreno se rodeaba de clanes floréanos de la Capital.
La idea revolucionaria se extiende como un reguero de pólvora, dijo Albán, al avanzar en su informe sobre sus recientes contactos que en Montecristi, Manta, son las muchachas las que logran que deserten los milicianos o soldados de línea, pero anunció que a todos los había manifestadoesperar que se produzca el golpe en Quito y poder lanzarse, solamente entonces, a una revolución en grande.
Se encontraba en la casa de Corrales donde Isabel Muentes, muy estratégica para la conspiración.
Alfaro observó al Jefe liberal por haber negado toda colaboración a los sublevados.
Albán insistió que había que esperar las órdenes del general Urbina y apeló al sometimiento de todos a ladisciplina que exigían los generales Maldonado y Guillermo Franco.
Fue entonces cuando Alfaro hizo conocer que el movimiento había sido delatado y que el Gobernador Salazar ya sabía de sus planes. Propuso hacer algo y de manera urgente para salvar a los comprometidos. “Yo quiero que si mi sangre se derrama, no sea estérilmente”, sentenció.
Siguió argumentando Alfaro que él también, en su recientevisita a Lima, había recibido las mismas instrucciones de Urbina, pero ante la precipitación de los hechos planteó que no quedaba más que un camino y era tomar preso al mismísimo gobernador Salazar, para obligarlo a que otorgue salvoconductos a todos los complotados para que pudiesen salir del país.
Todo lo había considerado Alfaro y conocía que el alto jefe mirar tenía previsto un paseo en esa mismatarde, por un lugar determinado y abogó por tomar la decisión en ese instante, pues no había tiempo que perder.
El dirigente liberal José María Albán se opuso hasta el final a la propuesta hecha, pero todos los presentes la aprobaron.
Y comenzaron las órdenes. Le brillaban los ojos al joven insurgente. Su voz de mando se hizo ostensible en la sala. Esperaron al caer la tarde y entre las sombrasde los árboles avanzaron sigilosamente a la captura del enemigo. Efectivamente, este apareció de repente y Alfaro fácilmente lo tomó prisionero.
Luego de dos días de conversaciones, el gobernador Salazar aparentó estar de lado de sus captores y ofreció su mediación con el Gobierno para entregar el salvo-conducto solicitado y nada de retaliaciones con los sublevados.
El mayor Balbín, Jefe del...