Sendero Luminoso, fragilidad institucional y Socialismo del siglo XXI en el Perú por Eneas A. Biglione * Quienes entendemos al liberalismo clásico como sistema maximizador de la satisfacción de necesidades, tendemos muy a menudo a considerar como políticas liberales exitosas tan sólo a aquellas que reducen el campo de acción del gobierno. Tal es el caso de la privatización de empresas públicas,la ruptura del monopolio gubernamental de la emisión de moneda, la firma de tratados de libre comercio, las medidas de protección del capital extranjero y en general todas aquellas políticas que conducen hacia la reducción del gasto público y la desregulación. Pero en los umbrales de este turbulento siglo XXI, en el que los cultores del socialismo y las redes terroristas internacionales combinansus recursos y esfuerzos para atentar contra la paz, el estado de derecho y el capitalismo; los que dedicamos nuestras vidas a enseñar los beneficios de la libertad debemos recordar que el hecho de limitar las esferas de acción del gobierno no equivale a su total desaparición. Lo que diferencia al liberalismo clásico del utópico anarquismo es la firme convicción de que el gobierno debe existir yactuar en un marco institucional claramente delimitado; y que a la hora de definir su rol, entendemos que sin dudas deben quedar a su cargo las cuestiones de defensa, seguridad y justicia. El llamado socialismo del siglo XXI que impulsado hoy en día desde Cuba y aplicado irresponsablemente en Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay; no sólo se encuentralejos de satisfacer las necesidades de sus gobernados por medio de fallidas políticas de prestación pública de educación, salud, empleo, vivienda y jubilación, sino que además ha descuidado la protección de sus gobernados del azote del crimen organizado y del sangriento accionar de los grupos terroristas. Entre estos últimos, y a los fines de este capítulo, interesa revisar el caso de SenderoLuminoso, de cuyo brutal asedio fue víctima el Perú durante más de veinte años. Los reportes oficiales indican que el número de víctimas alcanzó las 70.000 personas y que las pérdidas materiales superaron los 20.000 millones de dólares1, convirtiendo al grupo terrorista en el más brutal y sangriento de todos los tiempos en América Latina.
Hoy en día, que el Perú parece haberse encaminado2 haciala estabilidad económica sostenida, la influencia estratégica de los think tanks, avocados al estudio y promoción de políticas públicas sanas, es la que debe preparar a la sociedad civil peruana para enfrentar los obstáculos que los enemigos de la libertad le sabrán imponer. En este sentido, la relevancia práctica de este capítulo consiste en recalcar que buena parte de las precarias condicionesinstitucionales que posibilitaron el éxito de los planes insurgentes3 y los efectos secundarios de la batalla internacional contra las drogas, continúan afectando hoy en día al Perú. Dichos factores, en combinación con los esfuerzos de la dictadura cubana, Hugo Chávez y los líderes de las FARC, cuyos siniestros4 planes para el continente fueron recientemente revelados en los medios internacionalesde comunicación, están facilitando el rebrote de la violencia5 en el Perú e impulsando un efecto contagio hacia los países limítrofes y en general a la región toda. Finalmente, interesa también recalcar la importancia de la efectiva acción militar y policial diseñada e implementada durante la administración de Alberto Fujimori con el claro objetivo de restaurar la paz y el orden que hoy en díadisfrutan 29 millones de peruanos.
Sendero Luminoso: Génesis, fortalecimiento y ocaso Sendero Luminoso fue organizado en 1970 por el arequipeño Raúl Abimael Guzmán Reinoso6, a partir de un grupo de ex miembros de la “facción maoísta bandera roja” del partido comunista del Perú (PCP). Su peculiar nombre está inspirado en una máxima de José Carlos Mariátegui, fundador del PCP, que afirma: "El...
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