embrujadas
Se podría hablar largo y tendido sobre el texto. Y haciendo hincapié a sus diferentes aportaciones a la literatura. Se podría hablar de la perfecta visiónde la España de la posguerra, no sólo de esa Cataluña que retrata en el libro, sino de todos los aspectos circunstanciales en los tiempos en los que transcurre la trama. Su absoluta perfección en losmínimos detalles, hasta en los que no se ven como es el olor de las calles de una gran ciudad descuidada por el paso de la contienda y de las carencias del momento. Y no exclusivamente de la granchimenea, molino de viento a derribar por el capitán Clay, y que es el eje en el que se articula el periplo existencial de nuestros protagonistas más cercanos. El olor de las cloacas abandonadas de lascalles, el aroma a huevos del que se habla al comienzo de la obra, las infusiones de eucalipto que aromatizan la galería de Susana… hasta ese detalle está cuidado al máximo en esta espléndida novela.Pero eso no es nada dentro de ese decorado de los años 40 que nos refleja el ambiente de la ciudad. Sus mercadillos, sus chiquillos, sus tabernas, los jardincillos desaparecidos de la mayoría de lascasas, sus cines. Todo ese mundo de añoranzas que aflora en cada renglón y que nos hace la lectura tan placentera, ese universo desaparecido y que retrata con absoluta maestría. Y es que en esta novelahay muchos embrujos. Está el que ya he detallado de la descripción nostálgica de una Barcelona de posguerra, tema recurrente en la mayoría de las obras de Juan Marsé, y no por ello nos parecereiterativa. También está el embrujo de la vida de los seres que la pululan. La vida de nuestro protagonista, con las hormonas a punto de estallar; la de Susana y su madre, Anita, esperando ansiosamente la...
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