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27F, por Mirtha Rivero “La rebelión de los náufragos”


Era Venezuela un país que se encontraba sumergido en una gran crisis económica para la época debido a las malas inversiones del gobierno Jaime Lusinchi y nacía una nueva esperanza para el país como lo era la candidatura de Carlos Andrés Pérez que en una primera oportunidad dio a Venezuela una gran estabilidad socioeconómica lacual le permitió regresar al poder febrero de 1989, a pesar de todos los intentos de Jaime Lusinchi para impedir el regreso de Pérez a la presidencia, pero fue el pueblo quien lo reeligió para un nuevo periodo presidencial. Peros las cosas no marchaban bien en el país, recibió un estado en ruinas, sumergido en la pobreza, recibió un país con un pueblo cansando de recibir miseria y desesperanzas delos gobiernos de turnos, ahora en sus hombros yace la posibilidad de devolver a Venezuela la tranquilidad y la estabilidad social de sus habitantes.
Pero no fue lo esperado rápidamente el gobierno de Carlos Andrés Pérez pone en marcha su plan de trabajo y adopta las nuevas medidas económicas, con las cuales trataría de detener la debacle en las que se encontraba Venezuela, pero esto causagran descontento en la población ya que las mismas repercutían directamente en rendimiento económico de la población y rápidamente se sintió, y aumento del pasaje trajo consigo lo que ya era inevitable. Aunque no hay dato que señale con exactitud cómo fue que empezó todo, en qué sitio y hora justa, ni la identidad de quien o quienes lo iniciaron. No hubo periodista que pudiera recoger en sulibreta esos pormenores, pero todos los indicios apuntan hacia un terminal de autobuses y microbuses en la ciudad de Guarenas, estado Miranda, entre las cinco y treinta y las seis de la mañana.
A un costado de la vía, varios vehículos con los motores encendidos despidiendo humo de gasoil se habían formado uno detrás de otro, listos para empezar a recoger su pasaje. A su lado, en el borde dela acera, crecía una inmensa la cola de personas malhumorada que esperaban su turno para abordar el bus que los llevaría a su destino en Caracas. En el aire se mezclaba el vaho del aceite pesado, el perfume del café caliente que ofrecían vendedores ambulantes y el ánimo mustio de los que esperaban. Comenzaba la semana, y en la mayoría de los rostros se adivinaba el sueño por el madrugonaso,además de la fatiga y la impotencia que producen el saber que todavía faltan veinticuatro horas para cobrar el sueldo, y el hartazgo de las personas podía sentirse en ambiente.
Aunque eran muchas las personas que se alineaban en la acera, la única bulla que reverberaba en el ambiente era el sonido ronco y monótono de los motores, la mayoría motores diesel, hasta que, de improviso, el letargotípico del día y la hora fue roto por un tumulto que provenía del inicio de la cola: varias personas discutían, y las ondas de su discusión fueron subiendo de contenido y de decibelios para despertar a los espíritus dormidos. Por unos segundos no se tuvo claro lo que sucedía, pero poco a poco los gritos y las groserías se hicieron cargo de enterar la situación. Tres o cuatro de las personas quehabían despertado de su sueño ante el llamado desmesurado que les hacía el chofer del primer autobusete, el hombre, comiendo chicle y apostado en la puerta, exigía el pago ilegal de un nuevo aumento del pasaje.
Son dieciséis bolívares decía, chasqueando la goma en su boca.
Así debió ser el inicio de lo que más tarde se llamó el Caracazo, aunque su origen hubiera sido en Guarenas, y no enCaracas.
Eso es un abuso es lo más probable que haya reclamado alguien.
Esto es un atraco, un robo a mano armada habrá gritado una doña.
¿Y si te pago lo que pides, con qué me regreso? preguntaría otra a manera de súplica.
Son dieciséis bolos seguramente remachó el conductor, encogiendo los hombros y sintiéndose guapo y apoyado por los compañeros que ya asomaban sus...