En Carcochita Hacia El Exito
«Inicialmente habíamos decidido no vender tacos, porque no sabíamos la preparación. Hasta que un día nos convencimos que teníamos que preparar los famosos tacos porque el público así lo pedía.». «Compramos nueve productos, sin salsas, para poder ver cuál era su relleno, qué ingredientes tenían y cuál era su sabor. Mi esposa es una mujer que le gusta mucho la cocina,y gracias a su habilidad, pudimos dar con la receta y hasta mejorarla. Ella logró sacar una mejor tortilla, un frijol más deliciosamente aderezado, es decir, un taco acriollado al estilo Mi Carcochita»
Hugo Gabino Ayala Obregón Cadena de restaurantes Mi Carcochita
Salí de mi pueblo Nazca a los 16 años, como lo hacen muchos provincianos, hacia la ciudad de Lima, en busca de un futuro mejor.Llegué al distrito de Lince, donde ejercí muchos oficios, como por ejemplo: canillita, lustrador de zapatos, bodeguero, incluso, empleado doméstico. Luego trabajé aproximadamente dos años en una imprenta.
Un día me encontré con mi hermano mayor que trabajaba como maître en el restaurante El Mesón La Ronda, en la Plaza de Acho. Él me llevó a trabajar como lavador de platos sin que supiera nadadel giro de restaurante. Con los días pasé a ser ayudante de cocina. Trataba de hacer mejor mi trabajo: les ayudaba a los mozos a recoger los platos de las mesas, era un tipo muy colaborador. Les agradó mi trabajo y, en los días siguientes, me dieron una buena propina: me ascendieron a mozo.
Años después, cuando tenía 24, conocí a María, mi esposa. Mientras tanto, seguía trabajando como mozo,ahora en San Isidro, y luego en otros distritos de Lima. Este trabajo sólo me permitía cubrir las necesidades esenciales de mi hogar, ya tenía tres niñas y estaba en camino de tener la cuarta. Las necesidades eran mayores, así que decidí trabajar independientemente. Mi cuñado me sugirió la venta ambulatoria de helados, así que decidí hacerlo. Empecé por las galerías del Mercado Central. Muchas vecesdaba los helados a crédito, y cuando iba a cobrar ya no encontraba a la gente.
Pero eso no me detenía, muy por el contrario, eso me daba fuerzas para seguir adelante. Paralelamente había puesto una bodeguita para poder subsistir. Como la venta de helados por ese lugar no era buena, decidí buscar otras alternativas. Añoraba volver al distrito que me acogió cuando llegué de mi pueblo. Sentía en micorazón que ese era el lugar para salir adelante. Gracias a Dios así fue. Busqué un lugar para poner una máquina para vender mis helados y empecé la venta un 27 de Noviembre de 1984.
Estábamos preocupados porque ya se avecinaba el invierno. Con mi esposa y mis hijas pensábamos qué íbamos a hacer. En el lugar había un kiosco ambulante, que mi esposa y yo mirábamos desde que llegamos. Es así queun día mi hija, que no está presente, me dijo: «Papá, se vende el kiosco.» No contábamos con dinero para poder adquirirlo. Sin embargo esperé un día que llegara el dueño del kiosco, hasta que lo vi como a las 6 de la tarde, y decidí abordarlo: «Señor buenas tardes.» Me miró y me reconoció: «¡Ah! ¿usted es el de los helados, no?.» «Sí señor» respondí. «Ahorita voy» me dijo. No demoró ni dosminutos, creo que ya se imaginaba para qué fui. «¿Lo quiere comprar? Se lo vendo» me propuso. «Señor disculpe, con todo respeto, es un atrevimiento que me estoy tomando, no sé, quería saber a cómo lo vendería.» Me propuso que lo conversáramos y me citó para su casa, que estaba a dos cuadras.
No acudí de inmediato sino que después de dos días acompañado de mi esposa. Nos recibió la señora, y me dijo:«Señor tenga la llave.» «Pero ¿no me va a decir el precio?.»- pregunté- «Póngale diez mil soles.»-respondió- le advertí: «Señora, no tengo esos diez mil soles.» «Después me paga, Señor.» Decliné la oferta: «No señora, vengo otro día.»
Entonces fui donde una señora que era prestamista, y me prestó tres mil soles de esa época, antes de los Intis. Con el dinero en la mano volví a hablar con la...
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