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Policía sin control
La propuesta de un ministerio de Seguridad Ciudadana no podría ser más relevante, en este momento y en este escenario, para democratizar y desmilitarizar la acción de la Policía.Comparte este artículo

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¿No podrían los mejores policías del mundo dejarnos una mejor Policía? La conducta de esta que nos legaron se caracteriza por elexcesivo uso de la fuerza.
Del paro regional del Catatumbo al tal paro nacional que no existe quedó claro el abuso policial, bien sea con armas de fuego, bien sea con armas no letales.
La Oficina delAlto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sostuvo en su último informe, presentado en febrero del 2013, que “se ha observado repetidamente un uso excesivo de la fuerza en el manejode las manifestaciones públicas por las unidades de policía, incluido el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad)”.
Desde entonces, la situación no ha hecho más que agravarse. Los desmanes de estecuerpo especial contra el campesinado han llevado a algunos congresistas a proponer su disolución, aun en medio del anuncio de la duplicación de su personal.
Manzanas podridas las hay en todos lados,dirán algunos. Son inevitables en cuerpos de seguridad que crecieron al ritmo de la Policía y el Ejército colombianos. Lo grave está en la impotencia del Ejecutivo ante sus atropellos. Durante días ydías, la evidencia audiovisual mostró a unos antimotines fuera de control.
Los policías parecen no darse cuenta de que las armas no letales también matan. Los protocolos para su uso bien pueden ajustarsea la normatividad internacional, pero si las armas no letales se utilizan como primera opción y sin medir consecuencias, terminaremos convirtiendo la excepción en una regla.
Peor aún resulta laevasión de responsabilidad. En el caso del club nocturno, el general Martínez, director de la Policía de Bogotá, continúa defendiendo a los suyos. Lo cierto es que de nada le servirá desviar la...