En el año del bicentenario de la república argentina

En el año del Bicentenario de la República Argentina
Una invitación a Cambiar la Historia Tributaria

En este mayo de 2010, en el mes de la conmemoración del Bicentenario de la República Argentina, Criterios Tributarios ingresa en su XXV año de ediciones permanentes de doctrina, jurisprudencia, normas legales y otras estructuras literarias ligadas a la AdministraciónFinanciera Pública de nuestro país y del exterior.
Además, en este cuarto de siglo, a través de estas páginas se han difundido numerosos sucesos políticos, sociales, económicos, administrativos y jurídicos que, a lo largo de los años, alimentaron permanentemente nuestra “realidad fiscal”.
En otras palabras, en centenares de ediciones de Criterios Tributarios se pueden encontrar fielestestimonios de la creación dinámica de la “Cultura Tributaria Argentina”. Por eso, en este número aniversario, entendemos que resulta por demás oportuno intentar promover una reflexión acerca de la necesidad de cambiar los aspectos negativos observados en “nuestra historia fiscal” partiendo del reconocimiento de la responsabilidad que nos cabe a cada uno de los argentinos.

El punto departida resulta excluyente: ¿Cómo deberíamos combatir el fraude fiscal en nuestro país? Hoy en día el análisis teórico y práctico del tema presenta una complejidad extrema, por lo cual resultaría inapropiado abordarlo desde una perspectiva ortodoxa, es decir, circunscrito al accionar de las Administraciones Tributarias.

No caben dudas que para detectar y penalizar este flagelo que socava loscimientos del sistema político y económico, los Estados deben contar con áreas estratégicas interrelacionadas integradas por agentes públicos con habilidades sobre la aplicación de la contabilidad y su legislación, la investigación de crímenes financieros complejos asociados a la evasión fiscal, el lavado de dinero, narcotráfico, crimen organizado, corrupción pública, entre otrasespecializaciones.

Si tomamos la idea que no hay compartimentos estancos entre la criminalidad organizada, la financiación del terrorismo y la evasión fiscal, llegaremos a la conclusión que el diseño de la lucha contra este flagelo debe ser político y de alta especialización técnica.

Y se debe dar en estos dos planos por cuanto la criminalidad organizada, además de la complejidad de suaccionar, se presenta en distintas fases: una “predatoria” inicial, consistente en la afirmación territorial de grupos criminales que garantizan su poderío por medios violentos, y con ello logran defender su empresa ilícita, eliminar rivales y asegurar el monopolio privado de la fuerza. Posteriormente pasan a una fase “parasitaria”, que implica mayor influencia política y económica, combinada conuna gran aptitud para corromper el Estado y la sociedad. Y por último se establece en un nivel “simbiótico”. Esto es, cuando para lograr su afianzamiento el sistema político y económico se vuelve tan dependiente del “parásito” - es decir, del crimen organizado - como éste de la estructura establecida. En ciudades y regiones a lo largo del sistema internacional y en grandes porciones del territoriode algunos países los avances de la fase “simbiótica” son elocuentes.

En el Norte la percepción de amenaza del crimen organizado se entrelaza con la cuestión del terrorismo y la posibilidad de que los Estados fallidos sirvan de santuario para ambos; lo cual significa todo un problema de seguridad. En el Sur la mirada sobre el ascenso del crimen organizado se vincula con la vulnerabilidadexterna y la institucionalidad interna; esto es, se trataría de un problema de gobernabilidad. Así, la criminalidad organizada socava la democracia, debilita el Estado de derecho, facilita la corrupción, aumenta la injusticia social, produce costos directos e indirectos a la economía, degrada el sistema político y mina la soberanía.
Con este particular ámbito criminal que opera como un verdadero...