En el fondo del jardín.
Elsa Bornemann
Cuando Damián y sus padres se mudaron a la nueva casona, aún se encontraba allí, Efraín, el viejoinquilino. Lo observaron como se despedía de cada una de sus plantas que con tanto esmero había cuidado por muchos años. Antes de irse Efraín le contó a Damián unsecreto, y lo hizo prometer que no se lo contaría a nadie. Sus padres intentaron muchas veces averiguar que era lo que Efraín le había dicho a su hijo Damián. Lapreocupación aumento cuando su madre encontró un balde de sangre al lado de una planta del fondo del jardín. Debido a esto, Damián se sintió presionado a contar su secreto,este dijo a sus padres que el viejo le había encargado que cuidara a una mandrágora y que la alimentara con sangre.
Para quitarle esta responsabilidad al niño, lospadres decidieron sacar la planta, sin embargo fueron estrangulados por ella.
Los policías investigaron este caso, para esto fueron a hablar con Efraín quien contó queaquella planta en verdad se trataba de una mandrágora y no podía ser arrancada. Sin embargo, si se le cuidaba causaba un gran bienestar.
El viejo contó además queesta mandrágora había nacido producto de la sangre que caía de la boca de los ahorcados, ya que aquel lugar en el siglo pasado había sido un patíbulo. Las raíces deaquella planta albergaban las almas de los ajusticiados, por eso tenía que ser intocable.
Después de aquel relato es mejor nunca animarse a arrancar un arbustodesconocido.
BORNEMANN, Elsa. En el fondo del jardín. En: “Queridos monstruos (10 cuentos para ponerte los pelos de punta)”. Buenos Aires, Alfaguara.1991.
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