En La Maravillosa Catequesis Con La Que El Señor Y LaVirgen María Nos Han Ido Instruyendo
7. 7“Hoy es un día de aprendizaje para ti y quiero queprestes mucha atención, porque de lo que seas te s-tigo hoy, todo lo que vivas en estedía, tendrás queparticiparlo a la humanidad”. Me quedé sobrecogidasin entender pero procurando estar muy atenta.Lo primero que percibí es que había un coro de vocesmuy hermosas que cantaban como si estuviesen lejos,a momentos se acercaba y luego se alejaba la músicacomo con el sonido del viento.El señor Arzobispo empezó la Santa Misa, y al llegar ala Oración Penitencial, dijo la SantísimaVirgen:“Desde el fondo de tu corazón, pide perdón al Se-ñor por todas tus culpas, por haberlo ofendido, asípodrás participar dignamente de este privilegio quees asistir a la Santa Misa.”Seguramente que por una fracción de segundo pensé:“Pero si estoy en Gracia de Dios, me acabo de confe-sar anoche”.Ella contestó: “¿Y tú crees que desde anoche nohas ofendido al Señor? Déjame que Yo te recuerdealgunas cosas.Cuando salías para venir aquí, lamuchacha que te ayuda se acercó para pedirte algoy como estabas con retraso, a la apurada, le con-testaste no de muy buena forma. Eso ha sido unafalta de caridad de tu parte y dices no haber ofendi-do a Dios...?”“De camino hacia acá un autobús se atravesó en tucamino, casi te choca y te expresaste en forma po-co conveniente contra ese pobre hombre, en lugarde venirhaciendo tus oraciones, preparándote parala Santa Misa. Has faltado a la caridad y has perdi-do la paz, la paciencia. ¿Y dices no haber lastimadoal Señor...?”
8. 8“En el último momento llegas, cuando ya la proce-sión de los celebrantes está saliendo para celebrarla Misa...y vas a participar de ella sin una previapreparación....””-Ya, Madre Mía, ya no me digas más, no me recuer-des más cosas porque mevoy a morir de pesar y ver-güenza- contesté.“¿Por qué tienen que llegar en el último momento?Ustedes deberían estar antes para poder hacer unaoración y pedir al Señor que envíe Su Santo Espíri-tu, que les otorgue un espíritu de paz que eche fue-ra el espíritu del mundo, las preocupaciones, losproblemas y las distracciones para ser capaces devivir este momento tan sagrado. Pero llegan casialcomenzar la celebración, y participan como si parti-ciparan de un evento cualquiera, sin ninguna pre-paración espiritual. ¿Por qué? Es el Milagro másgrande, van a vivir el momento de regalo más gran-de de parte del Altísimo y no lo saben apreciar.”Era bastante. Me sentía tan mal que tuve más que sufi-ciente para pedir perdón a Dios, no solamente por lasfaltas de ese día, sino por todas las veces...
Regístrate para leer el documento completo.