En La Sangre
Dentro de esta estructuración general del género que se opera en el último cuarto de siglo, el naturalismo, tendencia entoncestriunfante en Francia bajo el liderazgo de Emilio Zola, desempeña un importante papel. Es bajo el signo del naturalismo - si se exceptúan las primeras expresiones de literatura fantástica, y no de modo absoluto, como se ha visto-, por cierto en conexión con el realismo tradicional, que se opera esta aparición del género novelesco argentino dotado ya de caracteres orgánicos de conjunto. En la década queva del 80 al 90, se produce una serie de obras que configuran el repertorio de esta novelística argentina, y su representante máximo es, sin duda, Eugenio Cambaceres, que puede ser considerado en cierto modo como el iniciador de este proceso con su primera obra, Pot-pourri, publicada en 1881.
La novela naturalista argentina
La novela romántica había dado su expresión más representativa entrenosotros con Amalia (18Sl), de José Mármol. A partir de ese momento, la narrativa nacional recorre el camino que va de la pintura costumbrista o sentimental a la reconstrucción histórica, del episodio farragoso de la época resista a la leyenda, como la de Lucía Miranda, glosada según el gusto romántico. Hacia el '80, el romanticismo no ha desaparecido del todo. Luis B. Tamini, profesor del ColegioNacional, advertía en un artículo aparecido en el diario La Nación hacia 1880: "Trémulos y extáticos ante la gloria de París, vivimos con los ojos puestos en la rada, esperando el próximo paquete". Esos navíos cuyo arribo se aguardaba tan ansiosamente traían por entonces las noticias de la nueva escuela literaria francesa: el naturalismo. Y así como en París, también aquí produjo polémicas yescándalo. Buenos Aires, todavía una "gran aldea", tuvo su "batalla naturalista". El 3 de agosto de 1879 La Nación comienza a publicar en folletín el capítulo inicial de La Taberna (1877) de Emilio Zola, pero al día siguiente, sin justificación convincente, suspende su publicación.
A partir de ese momento se suceden las diatribas y las apasionadas y escasas defensas del naturalismo en diarios y revistasde la capital argentina. Por una parte se aboga por la prohibición municipal de ese "realismo corruptor'; se habla del "chocante y afectado realismo", del "lujo horrible de detalles repugnantes que caracteriza el estilo de Zola". Por otra parte, se exalta la intención naturalista de pintar la realidad tal cual es, sin distorsiones; se llega incluso a defender tímidamente su fin social y su sentidomoral: según Benigno B. Lugones, "el naturalismo responde a la necesidad universal de una reforma en la constitución de la sociedad". Lo que es más importante, se advierte que, en el terreno formal, ese nuevo estilo está destinado a liquidar una literatura envejecida: También aquí, como en Francia, la finalidad social del naturalismo zoliano es un elemento urticante en la piel de la clasedirigente. En su sección bibliográfica de la Nueva Revista de Buenos Aires, Ernesto Quesada comenta en 1881 La novela experimental, el libro teórico de Zola aparecido meses antes en París. Comparando el realismo naturalista con el tradicional, advierte alarmado que "... En las literaturas antiguas el realismo se contenta con observar la naturaleza tal cual es, con pintarla ingenuamente. La nueva...
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