EN LAS MANOS DEL DESTINO

EN LAS MANOS DEL DESTINO
Por: Estrella Montes de Oca

“Aquí he venido a dar por accidente, para afrontar
la existencia y azar que lleve el náufrago,
de sus anhelos y la tempestad”.
FernandoDelgadillo

Nos preparábamos para saltar del trampolín de 10 metros. A pesar de hallarnos en el interior de los vestidores aún, se podía percibir el retumbar de las paredes provocado por los gritos ychiflidos eufóricos de los asistentes al evento; claro, no se trataba de una competencia cualquiera, eran los juegos olímpicos; el suceso deportivo más importante del mundo en 4 años, que en está ocasióntenía lugar en Seúl, Corea. El estadio olímpico estaba repleto, se sentía. Los nervios me invadían y estoy segura de que no era la única; volteé a ver a Mena, mi compatriota, y caminaba de un lado a otro,por momentos se detenía para dar uno que otro brincoteo, se ajustaba el traje y, sin duda, temblaba (no sé si de nerviosismo, de emoción o de ambas). Por mi parte, de lo único que tenía certeza, esque la competencia no sería sencilla. En aquella ocasión lidiábamos con quien fuese considerado el mejor saltador de todos los tiempos: Greg Louganis; quién se iba a imaginar que aquél 19 de septiembrede 1988 cambiaría dicho concepto ante todo el mundo.

Por fin, en punto de las 13:00hrs., llegó el momento de salir. Los primeros competidores comenzamos a formarnos detrás del trampolín. En primerlugar saldría el Chino Liangde, enseguida Louganis y yo ocupaba la tercera posición. Liangde fue nombrado y salió en seguida; dio un salto de palanca con giro hacia atrás que lo hizo obtener 53 puntos.Una vez que el jurado lo calificó, llamaron al siguiente competidor. Louganis se aproximó con lentitud a la orilla del trampolín, se giró hacia atrás y dio un gran salto. La multitud enmudeció; losgritos y chiflidos se convirtieron en un lúgubre silencio; el campeón se había golpeado la cabeza con el filo del trampolín y había caído desmayado a la fosa.

Con premura, los elementos de primeros...