Encancaranublado

Páginas: 8 (1834 palabras) Publicado: 24 de enero de 2013
Encancaranublado
Septiembre, agitador profesional de huracanes, avisa guerra llenando los mares de erizos y aguavivas. Un vientecito sospechoso hincha la guayabera que funge de vela en la improvisada embarcación. El cielo es una conga encojonada para bembé de potencias.
Cosa mala, ese mollerudo brazo de mar que lo separa del pursuit of happiness. Los tiburones son pellizco de ñoco al lado deotros señores peligros que por allí jumean. Pero se brega. Antenor lleva dos días en la monotonía de un oleaje prolongación de nubes. Desde que salió de Haití no ha avistado siquiera un botecito de pescadores. Es como jugar al descubridor teniendo sus dudas de que la tierra es legalmente redonda. En cualquier momento se le aparece a uno el consabido precipicio de los monstruos.
Atrás quedan losmangós podridos de la diarrea y el hambre, la gritería de los macoutes, el miedo y la sequía. Acá el mareo y la amenaza de la sed cuando se agote la minúscula provisión de agua. Con todo y eso, la triste aventura marina es crucero de placer a la luz del recuerdo de la isla.
Antenor se acomoda bajo el caldero hirviente del cielo. Entre el merengue del bote y el cansancio del cuerpo se hubiera podidoquedar dormido como un pueblo si no llega a ser por los gritos del dominicano. No había que saber español para entender que aquel náufrago quería pon. Antenor lo ayudó a subir como mejor pudo. Al botecito le entró con tal violencia un espíritu burlón de esos que sobrevuelan el Caribe que por poco se quedan los dos a pie. Pero por fin lograron amansarlo.
— Gracias, hermanito, dijo el quisqueyanocon el suspiro de alivio que conmovió a la vela.
El haitiano le pasó la cantimplora y tuvo que arrancársela casi para que no se fuera a beber toda el agua que quedaba, así, de sopetón. Tras largos intercambios de miradas, palabras mutuamente impermeables y gestos agotadores llegaron al alegre convencimiento de que Miami no podía estar muy lejos. Y cada cual contó, sin que el otro entendiera, loque dejaba —que era poco— y lo que salía a buscar. Allí se dijo la jodienda de ser antillano, negro y pobre. Se contaron los muertos por docenas. Se repartieron maldiciones a militares, curas y civiles. Se estableció el internacionalismo del hambre y la solidaridad del sueño. Y cuando más embollados estaban Antenor y Diógenes —gracia neoclásica del dominicano— en su bilingüe ceremonia,repercutieron nuevos gritos bajo la bóveda entorunada del cielo.
El dúo alzó la vista hacia las olas y divisó la cabeza encrespada del cubano detrás del tradicional tronco de náufrago.
— Como si fuéramos pocos parió la abuela, dijo Diógenes, frunciendo el ceño. El haitiano entendió como si hubiera nacido más allá del Masacre. Otro pasajero, otra alma, otro estómago, para ser exactos.
Pero el cubanoaulló con tanto gusto y con tan convincente timbre santiaguero que acabaron por facilitarle el abordaje de un caribeñísimo ¡Que se joda! ante la rumba que emprendió en el acto el bote.
No obstante la urgencia de la situación, el cubano tuvo la prudencia de preguntar:
— ¿Van pa Miami, tú?
antes de agarrar la mano indecisa del dominicano.
Volvió a encampanarse la discusión. Diógenes y Carmelo —talera el nombre de pila del inquieto santiaguero— montaron tremendo perico. Antenor intervenía con un ocasional Mais oui o un C‘est ça asaz timiducho cada vez que el furor del tono lo requería. Pero no le estaba gustando ni un poquito el monopolio cervantino en una embarcación que, destinada o no al exilio, navegaba después de todo bajo bandera haitiana.
Contrapunteado por Diógenes y respaldadopor un discreto maraqueo haitiano, Carmelo contó las desventuras que lo habían alejado de las orientales playas de la Antilla Mayor.
— Óyeme, viejo, aquello era trabajo va y trabajo viene día y noche...
— Oh, pero en Santo Domingo ni trabajo había...
— Pica caña y caña pica de sol a sol, tú…
— Qué vaina, hombre. En mi país traen a los dichosos madamos pa que la piquen y a nosotros que...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Encancaranublado
  • Cuento encancaranublado
  • Comentario sobre “encancaranublado” de ana lydia vega
  • Encancaranublado: puerto rico y estados unidos

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS