enciclia

Carta encíclica sobre las formas en que la Iglesia debe cumplir su misión en el mundo contemporáneo
a Su Santidad el Papa Pablo VI 
promulgada el 06 de agosto 1964
A nuestros venerables hermanos los Patriarcas, Primados, Arzobispos, Obispos y otros Ordinarios locales de la Paz y de la comunión con la Sede Apostólica. Para el clero y los fieles del mundo entero, y para todos los hombres debuena voluntad.
Venerados hermanos y Amados Hijos: Salud y Bendición Apostólica.
Ya que Jesucristo fundó su Iglesia para ser el amante de la madre de todos los hombres y el dispensador de la salvación, es obvio por qué siempre ha sido especialmente amado y apreciado por aquellos con la gloria de Dios y la salvación eterna de los hombres en el fondo, entre los cuales , como conviene, los vicarios deCristo en la tierra, un gran número de obispos y sacerdotes y una maravillosa variedad de cristianos santos han brillado.
2. Será, entonces, no parece extraño que alguien que, al abordar al mundo esta primera encíclica después de nuestra elevación, en el diseño inescrutable de Dios, a la Pontificia Trono, debemos dirigir nuestros pensamientos de amor y reverencia hacia la Santa Iglesia.
3. Enconsecuencia, proponemos a nosotros mismos en esta encíclica la tarea de mostrar con mayor claridad a todos los hombres la importancia de la Iglesia para la salvación de la humanidad, y su sincero deseo de que la Iglesia y la humanidad deben conocerse y deben llegar a conocer y amar a los demás.
PRÓLOGO: LOS CAMINOS DE LA IGLESIA
4. En la apertura de la segunda sesión del Concilio EcuménicoVaticano II en la fiesta de San Miguel Arcángel del año pasado, a través de la bondad de Dios, tuvimos la oportunidad de hablar con todos ustedes mientras estaban reunidos en la Basílica de San . Pedro. En esa ocasión nos dejaron en claro nuestra intención de dirigirme a ustedes también por escrito, como es habitual al comienzo de cada pontificado, con fraterno y palabras paternales, con el fin decomunicar a ustedes algunos de los pensamientos dominantes en nuestro corazón que parecen útiles como práctica directrices en el comienzo de nuestro servicio como Papa.
5. Es realmente difícil para nosotros especificamos tales pensamientos, porque debemos derivarlos de la meditación atenta de la enseñanza de Dios, nosotros mismos siempre teniendo en cuenta aquellas palabras de Cristo: "Mi doctrina noes tanto la mía como la de Él. que me envió ". [1] Además, debemos aplicar nuestros pensamientos a la situación actual de la Iglesia en un momento en que tanto la energía y trabajo caracterizan su experiencia espiritual interna, así como sus esfuerzos apostólicos externos. Por último, no debemos pasar por alto el estado contemporáneo de la humanidad en medio de la cual nuestra misión es la dellevar a cabo.
6. Pero no es nuestra intención de expresar ideas que son nuevas o completamente desarrollada; existe el concilio ecuménico para ese propósito, y su trabajo no debe ser perturbado por esta simple carta de conversación de los nuestros, sino que debe ser elogiado y alentado.
7. Esta encíclica pretende ni para reclamar una función solemne y estrictamente doctrinal, ni proponerdeterminadas enseñanzas morales o sociales, sino que se limita a comunicar un mensaje fraterno e informal. De hecho, a través de este documento queremos simplemente para cumplir con nuestro deber de revelar nuestra mente a usted con el fin de impartir más cerca de la cohesión y de la alegría profunda de que la unidad en la fe y la caridad, que, gracias a Dios, que nos une.
Esperamos con ello de dar unnuevo impulso a nuestro trabajo sagrado, a la espera de mayor rentabilidad de las deliberaciones eficaces del Concilio ecuménico, y para dar mayor claridad a algunas normas doctrinales y prácticos que pueden dar una orientación útil a la actividad espiritual y apostólica, no sólo de la jerarquía eclesiástica y de todos los que responden a ella con la obediencia y la colaboración, sino también de...