Encuentro

ENCUENTRO


Estaba recordando lo que había sucedido, mientras intentaba a su vez, abrir con todas sus fuerzas los ojos. Recordaba como era su vida antes de aquel horrible acontecimiento y con tristeza también, como ese maldito hombre le había maltratado hasta que su cuerpo no sentía los golpes.


Aquel día hizo todo como de costumbre, excepto que se vistió muy elegante parasalir. No sabía por qué, pero siempre mantuvo una extraña sensación de estar siendo observada.
Debía caminar ocho largas cuadras hasta su lugar de destino, así que prefirió simplemente caminar.
Estaba emocionada, porque al fin podría conocer a su gran amor de chat. Dedicaba horas interminables cada día escribiéndole a quien sentía conocer de toda la vida.
Lo idealizaba comosiempre creyó que sería su hombre perfecto, un joven alto, de buen gusto y con un gran sentido del humor.


Mientras llegaba a su cita, no pudo evitar pasar a su lugar favorito de juegos, en donde acostumbraba perder una o dos monedas en las máquinas de apuestas. Luego siguió el recorrido.
Cuando estaba por llegar a su destino, quiso retroceder. Por su mente una inseguridad le hacíatemblar hasta los más recóndito de su ser.

Una voz le impidió seguir recordando. Esa voz le parecía muy familiar. Era su madre.

-Doctor, por favor, sálvela, haga hasta lo imposible, pero salve a mi Fernanda. Sáquela del coma, por favor, ¡Se lo ruego!


De pronto le pareció extraña esa súplica, porque aún no alcanzaba a darse cuenta de la situación. Siguió recordando.Cuando decidió seguir adelante, jamás imaginó lo que sucedería; estaba segura que de haber adivinado el futuro, jamás habría asistido a aquel encuentro.
Se sentó en el lugar establecido. Era una pequeña plaza de la ciudad que no estaba demasiado habitada.
Impaciente aguardaba con ansias la aparición de aquella silueta con la que siempre soñó, con la que siempre deseó estar mientras susoídos eran endulzados con frases hechas que leía con mucha atención.


De pronto, un gran golpe en la cabeza la hizo dormir. Cuando despertó, estaba metida en la parte trasera de un furgón. Intentó gritar, pero un pañuelo le impidió hasta el más pequeño murmullo. Sus manos amarradas le dolían demasiado, al igual que sus piernas.
Nunca había sentido tanto miedo. Miró hacia todoslados, hasta que reconoció la cara de su captor. Era su tan anhelado amor de chat.
La bajó a tirones del furgón y con una fuerza increíble la lanzó sobre las matas de un lugar apartado en las afueras de la ciudad.
Hernán, así lo conocía ella, desamarró sus piernas y comenzó a tocarla lentamente por sobre la ropa. Ella no hacía más que sentir un horrible asco por él y un gran miedo porlo que veía venir.


En sus sueños había imaginado tenerle entre sus brazos, pero lo que inspiraba en el rostro de aquel joven, no era más que desprecio al sentirse obligada tan brutalmente a algo que nunca pensó le sucedería.


Aterrada intentaba zafarse de aquel acontecimiento, pero cualquier intento era inútil. Fácilmente era doblada en fuerza, además no podía utilizar susmanos, pues éstas seguían fuertemente atadas.


Él destrozó su pantalón y su camisa y esta vez sí podía tocar su piel. Sus ojos desviados denotaban la mirada de un hombre enfermo, por lo que sin pensar más abusó de ella.
No abusó sólo su cuerpo, ella se sentía abusada de todas las formas posibles. Su dolor emocional era más fuerte que cualquier dolor físico que pudiera sentir en esemomento. En su mente, no podía evitar una suciedad que le hacía apretar el pecho. Sabía que ya no podía hacer nada por revertir lo que le estaba sucediendo y a ratos intentaba con todas sus ansias pensar en otra cosa con tal de hacer un poco más inferior lo ocurrido, pero Hernán no le permitía cambiar sus pensamientos.


Sus recuerdos se iban eternamente a revivir las palabras que le...