ENEÑANZA
No te ciegue la pasiónpropia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres las más veces serán sin remedio…
Al culpado que cayere debajo de tujurisdicción considérale hombre miserable, sujeto a las condicionesde la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratelepiadoso y clemente, porque aunque los atributos de Dios todos son iguales, masresplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia…
De esta manera comienza ellibro “EL JURADO SEDUCIDO” al igual que con una descripción de lo que se refería a la palabra“PASIÓN” definiéndola como un sentimiento o inclinación muy violentos que perturban elánimo. Las pasiones son parte esencial de la condición humana, huéspedes turbulentos de la vida íntima delalma. Podemos negarlas, reprimirlas o encauzarlas, pero no librarnos de ellas.En determinadas circunstancias pautadas, irrepetibles e irremplazables, las pasiones- que algunas veces nos asemejan a losdioses otras nos identifican con los demonios y otras más nosemparejan con las bestias- discurren por causes que desembocan en los terrenos de las justicia, la cual ha de pronunciarse valorando laconducta humana que, movida pasionalmente, se daen prejuicio de otro. El drama esta servido.
La justicia ha de hacerse cargo de los distintos factores que rodean y hacen única la conducta que sejuzga. Tanto los textoslegislativos como las resoluciones judiciales o administrativas se enfrentan al delicado problema de deslindar que proceder humano amerita ser sancionado. Específicamente por loque toca a lassanciones penales, la postura ilustrada- democrática- solo admite que se castigue la acción u omisión que lesiona o pone en peligro un bien jurídico sin estar amparada por causa de
Regístrate para leer el documento completo.