ENFERMERA CON VOCACION Y SIN VOCACION
Volvamos a primero de enfermería jueves, 5 de septiembre de 2013
No me había parado a pensarlo en los 7 meses de curso, pero al llegar a las prácticas hospitalarias, en un centro geriátrico de Granada lleno de pacientes dependientes absolutamente para todo me di cuenta de que esto no era lo mío.
No se si fue elolor a putrefacto que la habitación desprendía, si era que había tres pacientes en una sola habitación minúscula, si fue que uno de ellos no paraba de gritar que lo ayudasen, o si fue la auxiliar al contestarle "ya voy hijo" al mismo tiempo que le echaba agua a otro paciente de una palangana, casi sin inmutarse por ese grito desesperado. O si fue que me dieron una palangana con su esponjacorrespondiente y me dejaron con un paciente hemipléjico, que no podía hablar, pero si podía darse cuenta de que yo no tenía ni idea de hacer baños en cama y de que no tenia la fuerza necesaria para levantar a un hombre que casi me doblaba el peso.
No se si fue ver a mi otra compañera de prácticas llorando al oír los gemidos del paciente ante la impasividad y la sangre fría de la auxiliar, y digoimpasividad y sangre fría porque era como yo lo reconocí en ese momento. Ahora me doy cuenta de que era desbordamiento, nombre más adecuado (si en 2007, ya estaban así las cosas con la sanidad... no quiero imaginarme ahora). Si hay 30 pacientes para tres auxiliares, no se pueden hacer las cosas mejor de como allí se hacían. Y es verdad, que eso me chocó mucho en su día.
Me chocó hasta tal punto queel peor momento del día era ese en el que iba a las prácticas por la mañana. A que no quería terminar la carrera por que eso significaría tener que buscar trabajo en algo así.
Yo no quería que mi carrera profesional se limitase a eso. A hacer camas con las esquinas perfectas y sin arruga alguna para prevenir úlceras por presión. A ser capaz de lavar a una persona dependiente en la cama sin queella colabore en nada. Me sentía infravalorada en ese trabajo. Demasiado pequeña. Encima tenía que hacer caso a multitud de detalles, sin ser una persona observadora ni detallista, ni mucho menos ordenada. Aquello me cabreaba.
En cambio, hoy me doy cuenta de que el trabajo no me infravalora, si no todo lo contrario. Me viene grande. Me aterroriza que mi trabajo no esté bien hecho y que seajuzgado por aquellos que me ven trabajar, por aquellos a los que cuido, por los familiares. Me da miedo que la salud de una persona y la vigilancia de una persona enferma, dependa de mi concentración, de mi orden, de mi capacidad de observación cuando sabes que flaqueas de eso mismo.
Es por todo esto, que esta profesión te hace sentir humana. Más humana que nunca, y gracias a ella, he aprendido, ysigo aprendiendo día a día. Me enseña a ser humilde cada jornada de trabajo. A aprender día a día de mis errores, que siguen siendo muchísimos, y a ser mejor persona. A escuchar a las personas. A ser empática.
No tengo la vocación para ser enfermera, es verdad, pero valoro muchísimo la capacidad de quien si la tiene, y me quito el sombrero ante ellos.
Y para los pacientes, dejad de temblar. Lamayoría de profesionales son vocacionales desde que tienen uso de razón, y para los caso que haya como el mío, os puedo asegurar de que nos volcamos aún más en prestar atención en nuestros puntos débiles día a día.
Ser enfermera sin vocación, no es sinónimo de mal enfermera, si no sinónimo de pasarlo realmente mal en el trabajo.
Una verdadera pena no tener a nadie con 17 años que te orienteun poco antes de elegir qué carrera hacer, ¿Verdad?
17 de diciembre de 1993
Cuando paso por los pasillos limpios de ginecología veo mujeres desnudas y sin pechos, sobre las blancas camas. Todas vivas aún bajo la malvada inocencia del cáncer, rodeadas de flores y pasteles se disuelven en la luz de la tarde mientras la masa indefinida de seres sin conciencia y sin frio. Mi oscuro corazón de...
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