Enfoque moral del suicidio

Introducción
Si la vida es un derecho inalienable del hombre ¿También lo es su muerte?

Establecer un criterio definido en torno al suicidio, como un acto técnicamente admisible o reprobable, es tanto como iniciar una batalla entre lo conocido y lo desconocido, donde el resultado siempre será infructuoso porque ambas cosas se encuentran en planos distintos.

La incidencia de actos ointentos suicidas, la posibilidad técnica de alargar la vida humana por medio de aparatos médicos cada vez más sofisticados y la reaparición de individuos que se sacrifican por creencias religiosas o políticas, -como los que participan en ataques terroristas- conducen a la necesidad de replantear la discusión respecto del suicidio.

La primera pregunta que asaltaría nuestra mente sería: ¿Porqué se suicida el hombre? –refiriéndome en sentido estricto al acto en sí mismo y no a las múltiples circunstancias externas que puedan influir en su ánimo, ya sea cultura, familia, estatus social, posición económica, religión, falta de identidad e incluso la misma sociedad, que parece cada día más apática ante la necesidad de algunos y que, con esa notoria apatía niegan a quienes toman taldecisión la posibilidad de comprenderlos- En segundo lugar, ¿Existe alguna fuerza capaz de sobrepasar el instinto natural de supervivencia que todo ser humano posee?, y más aún, ¿Se le puede considerar un acto legítimo o ilegítimo desde el punto de vista ético o moral?, y por consiguiente, ¿correcto o incorrecto?, es decir, positivo o negativo.
Muchas podrían ser las interrogantes al quererdiscernir respecto de este fenómeno, sin embargo, existen aspectos lejos de la moral que quizá deban considerarse para abordar el tema, ya sea como conducta antisocial, fenómeno o problema, y estos son el hecho de pensar si el acto es eficaz o ineficaz, seguro o arriesgado, incluso normal o anormal.

Lo cierto es que toda decisión que se toma en esta vida lleva implícita en sí misma un aspectomoral, ya sea porque se esté conciente de los resultados ulteriores o por las formas en que se piensa cumplir con tal decisión, la cual, una vez llevada a cabo, nos obliga a discutir sobre si el acto como tal, cubrió las expectativas de quien se lo practicó, es decir, si satisfizo o no su necesidad de “escapar” de “aquello” que le turbaba y agobiaba, cosa que nunca podremos saber.Queriendo ser totalmente objetivos al hablar del suicidio nos encontraríamos ante la disyuntiva de las motivaciones internas del individuo, las cuales pueden estar matizadas de aspectos tales como sentimientos respecto de la familia y el entorno social, la formación intelectual, su estructura valorativa, la autoestima e incluso lo relativo al espíritu y la religión; por ello, es necesario establecerdesde este momento que no podemos saber con certeza las razones y motivos que un ser humano pueda tener o sentir para suicidarse, solo podemos afirmar que para entender un poco mejor lo que está sucediendo es necesario estudiar cada caso particular, puesto que cada uno tenemos características muy particulares, y fuimos criados en entornos distintos.
En apariencia, para quien se suicida, en elmomento de la decisión no había un mejor panorama que le ofreciera alternativas de vida alrededor del problema; probablemente solo veía una sociedad consumista y materialista que presiona a sus miembros al igual que a él, a obtener éxito, sin que esta misma sociedad le otorgue las herramientas para alcanzarlo; cosa que lo empuja a tomar tal determinación, pues lo único que encuentra son obstáculosy necesidades insatisfechas e incomprendidas. Albert Camus decía: “...sólo hay un problema auténticamente filosófico: el decidir si la vida vale la pena de ser vivida....”

Muchos escritores lo consideraron lícito por principios filosóficos, tal es el caso de Epicuro, quien creía que el placer era el fin supremo del hombre y que si se pasaba la vida tratando de conseguirlo y no lo...