Enislao zuleta
Elogio de la dificultad\n\nLa pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiesta de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad. Entonces comenzamos a inventar paraísos, islasafortunadas, países de cucaña. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte. Y, por tanto, también sin carencias y sin deseo: un océano de mermelada sagrada, una eternidad de aburrición. Metas afortunadamente inalcanzables, paraísos afortunadamente inexistentes. \nTodas estas fantasías serían inocentes e inocuas, sino fuera porque constituyen el modelo de nuestros anhelos en lavida práctica. \nAquí mismo en los proyectos de la existencia cotidiana, más acá del reino de las mentiras eternas, introducimos también el ideal tonto de la seguridad garantizada; de las reconciliaciones totales; de las soluciones definitivas. \nPuede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principalmente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquelloque nos proponemos: que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros deseos, como en la forma misma de desear. Deseamos mal.
La rebelión de un burgués. \n\nTodo el que escribe sobre la vida de otro hombre corre el riesgo de terminar escribiendo sobre la propia. Jorge Vallejo no le teme a este riesgo en su reciente biografía de Estanislao Zuleta, La rebelión de un burgués.Estanislao Zuleta, su vida. Lo dice en la presentación del libro, con una frase escrita en el estilo del Camilo Torres a punto de marchar hacia el monte: “Un biógrafo no puede ser neutral. El que escoge elige” (p. 21). Con otros biógrafos audaces que eligieron la pasión, Vallejo eligió “ir de la mano” con su biografiado. Como Stephan Zweig, como Paco Ignacio Tabio II, como Ian Gibson, a quienes quierecomo buena compañía, Vallejo se deja tentar por la pasión y decide “ir de la mano”. Pero, ¿qué quiere decir ir de la mano con Zuleta? ¿Quién conduciría a quién? ¿O hacia a dónde irían los dos, marchando de la mano por entre libros, recuerdos y olvidos? Zuleta, claro, está muerto y Vallejo está vivo y escribiendo. Dirán los malpensados que el vivo tenía todo a su favor para llevar de la mano almuerto hacia sus dominios, y convertirlo en parte de su texto. No era tan fácil, sin embargo. Mi hipótesis es que el biógrafo, conducido por su objeto, terminó descubriendo sus propios gustos literarios y revelando pedazos de lo que podría haber sido su vida. O la versión literaria de su vida, que no es lo mismo. Biógrafo biografiado, digo. He aquí mi caso.
Toda biografía es literatura. Y no puede...
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