Enrique Bostelmann
México, una nación que ciñe un patrimonio cultural inigualable, una tierra tan cálida y multifacética como su propia gente, un lugar donde cadarincón esconde una composición rica en colores, olores y sabores. Un México al que todos nosotros palpamos diariamente con el poder de los sentidos, pero en donde muy pocos tienen la capacidad porexpresarlo a través del carácter de la imagen. Fue esta característica la pauta que marcó el trabajo de Enrique Bostelmann; un hombre que dedicó gran parte de su vida en recorrer y plasmar los paisajes másrecónditos del país. A Bostelmann no le importó captar bajo su lente el laberinto de las calles europeas o el desolado paisaje de la Sierra Gorda, para él todo objeto y todo lugar contenía dentro de símismo un mensaje que apremiaba ser expresado.
Los años pasaron y su técnica se depuró con una infinita gama de matices que encontró en tierras latinoamericanas. Fue ahí donde se presentó laheterogeneidad necesaria para poder confinar una historia visual a todo aquél individuo que haya querido deleitarse con el poder de su obra. Comienza por retratar rostros desconocidos, paisajes nunca antesvistos y termina fotografiando todo aquello que se cruce por su paso. Muchas veces carece de una línea temática y el catálogo de sus imágenes puede ser realizado tan solo cuando las impresiones nacendel vientre del cuarto obscuro.
En la etapa madura de su trabajo, resulta obvia la necesidad por canalizar nuevas instancias de comunicación; se olvida momentáneamente de aquellas fisionomíasalegres, serias, llenas de dicha y tristeza. Confiriendo así un mayor grado de importancia al lenguaje que utiliza el hombre por medio de sus objetos materiales. La composición pictórica se delimita afotografiar las obras de otros artistas mexicanos, hombres dedicados a diversas disciplinas tales como la arquitectura, la plástica y la pintura. Su amistad con el escultor Mathias Goeritz y el retrato...
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