Ensallos

Yo, como tú´´
Todavía estoy aprendiendo a ser. El proceso ha sido difícil, y aunque ahí voy, me siento como el bebé que tropieza y cae antes decaminar… Pero se levanta.
No veo claro. La obscuridad y la luz juegan a confundirme en un interminable caos; lloro y río a la vez por no sé qué extrañasrazones. Estoy y no estoy, y luego huyo con el pensamiento a lejanos lugares inimaginables; hago y deshago con mi mente, construyendo un mundo diferente.Tal es mi vulnerabilidad y mi poder.
¡Soy un adolecente! Y esto, más que una etapa natural es el desarrollo de todo ser humano, en ocasiones parecierauna enfermedad, una plaga… Una calamidad. Desconozco quien dijo que debiera ser de tal manera, como inclusive ignoro a un muchas cosas de mi inexplicablevida.
¿Seremos todos así?
Huracán, campana, furia, mansedumbre, rebeldía, confianza, aves que al final se quedan sin sus alas…
Per no todo estragedia durante la adolescencia, también representamos la fuerza y la alegría, la libertad, lo nuevo, lo vital. ¡Pobre de aquel que diga lo contrario!
Y auncuando a veces – muchas- cometemos graves errores, locuras, faltas que nos marcan para siempre, en nuestras venas corren así mismo una enorme curiosidadpor conocerlo todo, por saberlo todo, por descubrirlo todo.
Lo malo de la historia es que por lo regular ignoramos la manera correcta de hacerlo.
Poreso, por favor, no me juzguen. Pues represento a muchos que ya no pueden hacerlo; y otros que ni podrán…
¡NO ME OLVIDEN! Porque algunos me...