ensallos
Mauricio Vargas Ortega. Discurso de presentación de la novela De bestiis, Santa Ana, Costa Rica. 19 de Julio del 2007.
En el prólogo de su bestiario, titulado El libro de los seres imaginarios, Jorge Luis Borges afirma: “El nombre de este libro justificaría la inclusión del príncipe Hamlet, del punto, de la línea, de la superficie, del hipercubo, detodas las formas genéricas y, tal vez, de cada uno de nosotros y de la divinidad. En suma, casi del universo.”(Borges, 2005: 7)
En De bestiis, la primera novela del escritor costarricense Manuel Marín Oconitrillo, los seres imaginarios, los incomprendidos y temidos personajes del bestiario, terminan coincidiendo en el espejo con nuestra imagen asombrada.
Desde siempre losseres humanos hemos tenido la necesidad de poblar con monstruos un universo que tiene tanto de laberíntico como de absurdo para nuestro limitado entendimiento. La mitología griega nos cuenta como el rey Minos mandó construir el laberinto de Creta para encerrar en él al aberrante hijo de su esposa Pasifae. Dos monstruosidades hicieron famosos al rey y a su reino: el Minotauro, mitad hombre y mitad toroy el laberinto, espacio planeado para la locura y la muerte. ¿Por qué el rey construye el laberinto? Me aventuro a creer que la creación de un espacio indescifrable, del cual no conocemos la salida; un espacio de infinitas repeticiones para la visión errante y cada vez más impaciente del que corre por sus galerías ensangrentadas; la certeza de que toda certeza humana es ahí inútil, pudieroncolaborar con un espejismo que erigía el reino de Minos como un espacio coherente y seguro. Quizás necesitaba el rey sentir que por oposición habitaría él un mundo totalmente demarcado y cognoscible. La acción comprensible de encerrar a la bestia en este espacio de la desesperanza está ligado absolutamente con el espejismo antes presentido. Necesitamos aislar al monstruo, señalarlo, arrinconarlo enmazmorras, en castillos abandonados, en pantanos ignotos, para asegurarnos que esta bestia que frecuenta nuestras pesadillas no está esperándonos en el lago vertical de los espejos. De ahí quizás el miedo primordial a estas superficies que, como tantas veces escribió Borges, cometen la impiedad de reproducir, al igual que la paternidad, un universo falaz.
En la novela De bestiis, el capitánAlexander Suárez recorre su propio laberinto, que va más allá sin duda del espacio monótono y asfixiante de su cotidianidad: su oficina; la ventana, espacio metafísico por el que siempre busca escapar de la rutina, las miradas y el sueño; el parque, que como un paisaje de museo forma un todo con una serie de situaciones y seres infaltables; la casa de su prometida, donde la figura de don Tobíasmarca una de esas puerta que nos conectan a otras dimensiones, grieta para asomarnos y presentir apenas las sombras de todo aquello que pobló siempre nuestras pesadillas. Los escenarios del recuerdo, de los sueños y el deseo están muy bien definidos, apelando a un cosmopolitismo modernista que contrasta con la casi ausencia de referencias cotidianas del relato; podría ser casi cualquier lugar deHispanoamérica, aunque en algún momento se menciona la Iglesia de la Agonía entonces la imagen de una Alajuela borrosa nos pasa por la mente, apenas un segundo engañoso para luego diluirse para siempre. Y es que los escenarios más importantes de esta novela son interiores, y ahí ya me detengo en una de las características de la narrativa de este escritor, que con cada entrega nos convence más de sudominio del universo psíquico de los personajes y la polisemia carnavalesca de sus situaciones.
Las divagatorias intervenciones del narrador logran describirnos finamente los espacios exteriores, pero siempre este relato está subordinado a los otros escenarios inmateriales: los recuerdos, los sueños, las alucinaciones, los fantasmas, los demonios que no dejan de debatirse en los...
Regístrate para leer el documento completo.