ensayo analítico sobre Medios
Deberíamos apagar la tele, nos enfermaríamos menos. No lo digo por lo obvio, eso de tener una vida activa, levantarse del sillón, hacer ejercicio–físico y social-, no. Es que resulta que estamos enfermos y no pensamos, o si lo hacemos es solo en tragedias. La vida sin amor, hijos sin padres ni madres, incendios, robos, violaciones, mentiras ycahuines. Tristes tigres. Nada nuevo bajo el sol. Gente desesperada y desesperanzada que nos sentamos a ver a toda hora, siempre cuando sea posible. Deberíamos apagar la tele, sobre todo cuando comemos, ungran placer arruinado por la hora de las noticias, así cómo no vamos a andar con acidez, nauseas y malestares estomacales. Contemplamos, absorbemos puras tragedias y las estadísticas suben endepresión y estrés a nivel mundial, y dicen que no nos comunicamos, que cada vez estamos más vacíos, que nadie se preocupa del otro, que niños de once años se suicidan, que menores de edad asaltaron yviolaron violentamente a la nana de una casa en cierto barrio donde sí es importante destacar en el noticiero, que los hijos de esa nana apenas la conocían y se criaron con sus abuelos, o que cuando éstosse agravaron no los cubrió ningún seguro médico –ni siquiera si sus patrones eran los dueños de una clínica o caja de compensación-. A pesar que esas no son noticias, son “casos de la vida real” queaparecen recreados en los matinales, donde te muestran las tragedias y sus problemas pero no cómo solucionarlos, solo anécdotas anónimas para subir el rating y no los derechos.
Que ¡pobres gentes lasde Egipto y Libia! Que se matan entre ellos, ciudadanos que mientras vivieron no pasaron ninguna noche sin escuchar balazos entresueños, adolescentes que tuvieron hijos blancos, que conocieron más delmiedo que del amor.
Y lo más frecuente “¡a dónde está Dios, cuando veo la televisión chorreando sangre, gente muriéndose de frío y de hambre! ¡Qué Dios permite tanta maldad, tanto dolor!...
Regístrate para leer el documento completo.