Ensayo Bodas De Sangre
Con Bodas de sangre el autor consigue convertir la realidad en poesía. Esta obra constituye una verdadera tragedia por ser el final resultado inevitable que condució a los protagonistas a un fatum previsto, al que no se le puede ni debe dar ningún tipo de explicación racional ni justificación moral. De ahí la falta de culpa de la novia (y Leonardo, conducida por una fuerzadeconocida e incontrolable. Lorca enmarca la obra en la sociedad andaluza, el campo, la vida mediterránea, que no experimentó las grandes revoluciones industriales, científicas, políticas y religiosas. Se trata de una sociedad conservadora más cercana a la antigua Grecia, cuando el pueblo estaba más cercano al teatro. Al igual que entones, la grandeza trágica de la obra emana del espíritu interior.Se revivifica el coro. La luna, personaje mítico, se personifica y cruzamos el umbral a otro mundo, simbólico. El mundo natural participa en la acción: la luna, vegetales. Se representan fuerzas sobrenaturales (la luna y la mendiga/muerte). El caballo representa la atracción sexual fatal; está realacionado con la muerte. Otros personajes o elementos de carácter simbólico son los leñadores, lanavaja, el bosque, etc. La tensión creada por la creciente musicalidad y escenificación coreocráfica pero también de la poesía crea la tensión espiritual.
Llaman la atención ciertos detalles: las muertes ocurran fuera de la escena, Leonardo es el único personaje en toda la obra con nombre propio. La obra es una bellísima mezcla de verso y prosa. Es difícil, compleja y muy elaborada.
BODAS DE SANGRE2
Bodas de sangre, la obra de García Lorca más representada en todo el mundo, se estrenó en el Teatro Beatriz de Madrid (España) el 8 de marzo de 1933. Se han cumplido ya 75 años del acontecimiento. Basándose en un hecho real ocurrido en Nïjar y reseñado en los periódicos de la época, construyó el dramaturgo una desgarradora tragedia. Una obra dura que habla de muchas cosas: del profundo yomnipresente dolor de una madre que pierde a su hijo, de la violencia atávica que vive en el corazón de los hombres, del deseo sexual, de la pasión que se intenta enterrar en vano y se abre paso como un potente árbol encerrado entre unos muros, del destino de las mujeres... Y es en este destino donde centramos hoy la mirada, porque las cosas han cambiado, pero no tanto. O sí, han cambiado mucho, peroa veces para peor. En esta pieza teñida de sangre y muerte (las del marido y el hijo perdidos por la irracional violencia que lleva al animal humano a matar a su semejante por motivos distintos a la estricta ley de supervivencia; más tarde las del novio y su contrincante sentimental) se hacinan las obligaciones propias del género femenino. “Yo sé que la muchacha es buena. ¿Verdad que sí? Modosa.Trabajadora. Amasa su pan y cose sus faldas”, dice la madre del novio como paradigma de la buena esposa. Y más tarde, cuando habla de la madre muerta de su futura nuera: “A su madre la conocí. Hermosa. Le relucía la cara como a un santo; pero a mí no me gustó nunca. No quería a su marido”. Y es que entre las obligaciones de las mujeres, además de las labores domésticas, la crianza de todos loshijos que Dios enviara, y de no negarse nunca a mantener relaciones conyugales, se contaba el deber de querer al marido. Una obligación más que al hombre no se le requiere en ningún momento del relato. La fidelidad ni se cuestiona, se da por supuesta. “Una mujer con un hombre, y ya está”. No hay más que hablar. El resto, cualquier desvarío, es impensable.
Entre las virtudes que el padre de lanovia y la madre del novio se arrojan a la cara como si escupiesen al otro, solemnes, para desterrar dudas, dice ella: “Mi hijo es hermoso. No ha conocido mujer. La honra más limpia que una sábana puesta al sol”. Y responde el padre: “Qué te digo de la mía. Hace las migas a las tres, cuando el lucero. No habla nunca; suave como la lana, borda toda clase de bordados y puede cortar una maroma con...
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