Ensayo comunicacion periodismo y sociedad
Cuando me senté a hablar con Alejandro Ramírez, percibí su espíritu de líder en su rostro, su carisma y la facilidad de charla. Acostumbrado a las batallas de la vida, que nos exigen estar en la jugada, aborda cada situación desde la mejor perspectiva, para no salir perjudicado y no perjudicar a aquellos que le acompañan. Me cuenta, que cuandoviaja siempre lleva el código penal a mano, por medio del cual ha hecho respetar sus derechos; y otras veces ha pasado por estudiante de abogacía.
Después de tomarnos un café, empieza a narrarme parte de su infancia.
“Nací en Ibagué. Por cosas de la vida me fui a vivir a la ciudad de Cali, y estaba muy niño. Era un barrio pequeño, un pedacito de tierra conocido como león XIII. Loschicos de allí eran personas que, a pesar de su corta edad, robaban y fumaban como delincuentes de trayectoria. Recuerdo, cada vez que pasaba por el callejón, el lugar donde se reunían, y donde me quitaban las cositas. Hasta que un día se rebasó la copa, me agarré a tiestos con uno de ellos; puños y patadas se sucedían de lado y lado; le rompí la cara al pelao. ¡Mierda!, lo reventé, era unabandola grande, y eso me hizo pensar que yo estaba muerto. La iban a emprender contra mí, todos a la vez. Pero no, uno de ellos dijo, >. Y desde ese día, poco a poco me fui integrando al grupo. Ahorraba la plata del descanso para ir al estadio. Este grupo de muchachos conformó una barra, adoptaron el nombre del barrio… Fue conocida como barra “león XIII”, barra que duró poco debido a que, losintegrantes en su mayoría, fueron asesinados, en represalias a las acciones delictivas que realizaban”.
Agrega que desde pequeño sintió gusto por las barras. “Me imaginaba en un estadio saltando al lado de mucha gente, agitando una gran bandera y saliendo a la cancha, al lado de los once jugadores. Ser integrante de una barra de futbol no es nada fácil. Como barrista líder, llevo un trapo (banderarepresentativa del equipo) y si me lo dejo quitar… ¡Vaya!, la gente de la barra me puede joder; cualquier bandera o camiseta es considerado botín de guerra. Si uno hurta una camiseta o bandera, esto genera respeto y prestigio dentro del grupo. Y además, con el paso del tiempo, empieza uno a tornarse agresivo”.
“Durante los años de furor barrista, llegué a viajar por diferentes estadios:estuvimos en Medellín, Barranquilla, Bogotá, Pereira y Manizales…Y la alegría en cada cancha y cotejo era total. Cada ocho días, en la ciudad donde jugara nuestro deporcali, estábamos nosotros con el furor inacabable que se contagia hasta más no poder en el mundo de los hinchas de verdad”.
Con satisfacción en su rostro, llega a su memoria una anécdota, que recuerda con ahínco.
“Hace alrededor dedos o tres años, estaba en el Jordán, aquí en Ibagué. Localicé un grupito de americanos, y de inmediato pensé cómo quitarles el trapo. Un parcero me facilitó un fierro que escupe fuego. Me acerqué al grupito sin despertar alguna desconfianza, y les solicité el trapo, a la vez que desenvainaba el arma. El man que lo llevaba me lo entregó asustado; lo recogí y salí como si nada. No crea, esto fueuna gran hazaña y un gran triunfo para la barra”.
Y enseguida me cuenta una anécdota que le causa una mezcla de sensaciones. Lo noto difuso, pero a la vez airoso.
Empieza por la fecha, después de hacer memoria y pasarse la mano derecha por la cabeza, y me cuenta: “eso fue el 20 de febrero de 2003, cuando regresaba de la ciudad de Cali, después de ver el partido Cali vs. River Plate. El Caliganó por dos goles sobre cero del equipo contrario, por la copa libertadores. Salí de la ciudad de Cali como a las once de la mañana. Viajaba sin dinero y la camiseta puesta; a las espaldas llevaba el bolso con los trapos de la barra. Salí de Sameco rumbo a Palmira, cuyo tiempo de trayecto en carro es más o menos quince minutos. Luego, de Palmira a Tuluá. Estando allí, vi seis hinchas del...
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