Ensayo De Ciro Cardoso

X. EL ESTADO Y LAS POLITICAS ECONÓMICAS EN EL PORFIRIATO
INTRODUCCION
La continuidad entre los gobiernos liberales “clásicos” y el porfiriato, así como posteriormente, entre los gobiernos “de la revolución”, no es otra que la continuidad de un proyecto de nación capitalista dependiente.
La preminencia del poder ejecutivo sobre el legislativo, así como el gobierno federal sobre los gobiernosestatales, son aspectos de antidemocracia, pero no son obra exclusiva del grupo político de Porfirio Díaz: tanto Juárez como Lerdo tuvieron que echar mano de las prácticas de control de diputados y de gobernadores para restaurar y consolidar la república.
De igual manera, la política agraria liberal iniciada por la Ley Lerdo, que despojó y reprimió a las comunidades campesinas para favorecer a loscomerciantes, usureros, políticos y grandes terratenientes laicos, simplemente fue continuada por el régimen de Díaz con las Leyes de colonización y las compañías deslindadoras.
LOS FIRMES PASOS DEL NUEVO ESTADO (1876-1900)
Últimos toques al bloque de clases en el poder
Porfirio Díaz prosiguió con la política de conciliación y como presidente de la república, que esta política a su vez ya habíasido implantado por Juárez. Díaz abrió en el congreso la participación de conocidos opositores; incluso, en su gabinete, llegaron a figurar antiguos personajes del gobierno imperial.
Por medio de la política de conciliación, el bloque de fracciones dominantes no solo se encontraba cohesionado económicamente, sino también, de manera fundamental se había unificado en lo político. La formaespecífica en que se logró la integración del nuevo bloque en el poder tuvo, igualmente, otro eje,: una política de equilibrios entre la coalición de intereses locales que, si bien no impidió a Díaz remover o influir en los nombramientos de ciertos gobernantes, si lo obligó de cierta manera marcada en sus dos primeras gestiones presidenciales (1876-1880, 188-1888), a mantener, en primer lugar, el principiode no reelección, bandera esencial del Plan de Tuxtepec, como una garantía para las aspiraciones presidenciales de miembros connotados de la alianza, y, en segundo lugar, a no enfrentar abiertamente los intereses regionales que estaban representados en la coalición.
Por un lado, en la primera gestión presidencial de Díaz, el Congreso mantuvo una amplia autonomía frente a las iniciativas delejecutivo, pero, al mismo tiempo, las interminables discusiones hicieron patente su ineficacia practica: problemas fundamentales de la economía nacional, como perjudicial existencia de alcabalas, la consolidación de la deuda pública interna y externa, los contratos para la construcción de ferrocarriles, permanecieron estancados sin encontrar ninguna solución en el Congreso. Por otro lado, laspolíticas desarrolladas por el ejecutivo permitieron que los variados intereses regionales encontraran una gestión equilibrada en las iniciativas de Díaz. Un ejemplo claro del juego de la ineficiencia legislativa y de la eficiencia “equilibrada” del ejecutivo, lo encontramos con la resolución del problema de los ferrocarriles. El estancamiento de los proyectos para la construcción de vías férreas semantuvo hasta que se llegó a un acuerdo por el cual el ejecutivo otorgaba la concesión, y el Congreso, a posteriori, simplemente la aprobaba. Díaz otorgaba la concesión pero respetando, en lo posible, los contratos anteriores establecidos con los gobiernos estatales. Lo mismo sucedió con la consolidación de la deuda pública, que, en un principio, solo cubría a la deuda externa, pero en el afán de evitarfricciones con los grupos de acreedores internos, se extendió hacia la deuda interna.
El acelerado crecimiento de los sectores exportadores, tanto mineros como agrícolas, la expansión de la red de comunicaciones mediante el ferrocarril, todo ello propiciado por el ingreso de capital extranjero al país, dieron un poderoso impulso al crecimiento del mercado interno y a las actividades...