Ensayo de una Dictadura
Al buscar la explicación de lo ocurrido, se concluyó que había faltado unidad nacional frente al conflicto y que “en México no hay ni ha podido haber eso que se llama espíritu nacional, porque no hay nación”. Era necesario trabajar para construir esa nación y su identidad.
La tarea no erasencilla, pues se habían ensayado casi todas las formas políticas de gobierno y todas habían fracasado. Se culpó entonces al federalismo y a las formas representativas de haber destruido la unidad política de la nación, por lo tanto, la solución era establecer una dictadura con un ejecutivo con facultades legislativas que pudiera mantener relaciones con el Ejército, el Clero y los dueños delcapital, elementos considerados los pilares del Estado. El hombre indicado para dirigir los destinos del país era, por supuesto, el general Antonio López de Santa Anna.
Iniciada el 20 de abril, la administración de Santa Anna, de la que se esperaba la reconstrucción del país y sobre todo, el restablecimiento de los lazos de unión entre los mexicanos, comenzó a mostrar el terrible error que habíancometido quienes fincaron sus esperanzas en ella. Además de un sinnúmero de excentricidades, el anhelado caudillo ejerció una feroz persecución de todo aquel que mostrara el menor signo de desafecto a sus ideas o su persona. Esta cacería llevó al destierro a Benito Juárez, Melchor Ocampo, José María Mata y a otros destacados liberales. Por si fuera poco, había enajenado el territorio de La Mesilla,establecido una serie de impuestos absurdos y adoptado el tratamiento de “Alteza Serenísima”. Contra el gobierno tiránico dio inicio una revolución que expresó su ideología en el Plan de Ayutla.
Tratando de demostrar la legitimidad de su gobierno y la popularidad de su persona, don Antonio convocó a la celebración de un plebiscito en el que la población decidiría si debía continuar al frente dela presidencia. La consulta se llevó a cabo el 1º de diciembre de 1854; los resultados fueron dados a conocer por El Universal, periódico conservador que se había caracterizado por su desmedida adulación al régimen. De acuerdo con el diario, 435 530 personas se manifestaron por la permanencia de Santa Anna en el poder y únicamente la despreciable cantidad de 4 075 se pronunciaron en contra.
Lareferida publicación narró así el entusiasmo popular al conocer el resultado del plebiscito:
Ayer fue un día de júbilo para esta capital: el comercio se cerró a las doce, se pusieron colgaduras en los balcones, y por la noche hubo una iluminación general. El pueblo ha celebrado con entusiasmo un suceso que asegura la continuación del órden, y fortifica las esperanzas de sosiego y de bienestarque todos ciframos en Su Alteza el presidente.
Pero el panorama no se presentaba como se había dibujado: la revolución se extendía y sus triunfos, cada vez más frecuentes, minaban los cimientos de la dictadura. Pese a que sus voceros se afanaron por desmentir los rumores de su eminente renuncia, el 9 de agosto por la madrugada salió de la capital, casi a hurtadillas, el general presidente. Sedijo oficialmente que viajaba a Veracruz para encargarse en persona de restablecer el orden alterado por pequeños disturbios en aquel departamento. Ese mismo día, fue publicado un decreto que establecía que, en caso de necesidad, un triunvirato compuesto por el presidente del Supremo Tribunal, licenciado Ignacio Pavón, y los generales Mariano Salas y Martín Carrera sucedería al dictador. Como...
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