Ensayo "elogio de la dificultad"
JUAN PABLO HURTADO TABARES 951028-29906
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA
INGENIERIA INDUSTRIAL
PEREIRA
8 DE MAYO DE 2012
ENSAYO DEL ELOGIO DE LA DIFICULTAD
JUAN PABLO HURTADO TABARES 951028-29906
LUIS HORACIO BOLIVAR Z.
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIA
INGENIERÍA INDUSTRIALPEREIRA
8 DE MAYO DEL 2012
Una sociedad adepta a sus culturas…
Resumen
La pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiestan de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad. Entonces comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda y sin deseo.
Puede decirse que nuestro problema no consiste solo ni principalmenteen que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos proponemos; que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros deseos, como en la misma forma de desear. Deseamos mal. En lugar de desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule nuestra capacidad y nos obligue a cambiar. En vez de desear una sociedad en la que searealizable y necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades. En lugar de desear una filosofía llena de incógnitas y preguntas abiertas, queremos poseer una doctrina global, capaz de dar cuenta de todo, revelada por espíritus que nunca han existido o por caudillos que desgraciadamente si han existido.
Adán y Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso;nuestro pecado es que anhelamos volver a él.
El estudio de la vida social y personal nos enseña cuán próximos se encuentran una de otro la idealización y el terror. La idealización del fin, de la meta y el terror de los medios que procuran su conquista. Quienes de esta manera tratan de someter la realidad al ideal, entran inevitablemente en una concepción paranoide de la verdad, en un sistema depensamiento tal que los que se atrevieran a objetar algo quedarían inmediatamente sometidos a la interpretación totalitaria: sus argumentos no son argumentos sino solamente síntomas de una naturaleza dañada o bien, se le reduce a un juicio de pertenencia al otro (el enemigo) o se procede a un juicio de intensiones. Y este sistema se desarrolla peligrosamente hasta el punto en que ya no solamente serechaza toda oposición, sino también toda diferencia: el que no está conmigo está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo.
El atractivo terrible que poseen las formaciones colectivas que se embriagan con la promesa de una comunidad humana no problemática, basada en una palabra infalible, consiste en que suprimen la indecisión y la duda, la necesidad de pensar por símismo, otorgan a sus miembros una identidad exaltada por participación, separan un interior bueno (el grupo) y un exterior amenazador. Así como se ahorra sin duda la angustia, se distribuye mágicamente la ambivalencia en un amor por lo propio y un odio por lo extraño y se produce la más grande simplificación de la vida, la más espantosa facilidad. Y se dice que facilidad teniendo en cuenta que estasformaciones colectivas se caracterizan por su entrega y sacrificio. Facilidad, sin embargo, porque lo que el hombre teme por encima de todo no es la muerte y el sufrimiento, sino la angustia que genera la necesidad de ponerse en cuestión, de combinar el entusiasmo y la crítica, el amor y el respeto.
Como el respeto es siempre el respeto a la diferencia, sólo puede afirmarse allí donde ya no se creeque la diferencia pueda disolverse en una comunidad exaltada, transparente y espontánea, o en fusión amorosa. No se puede respetar el pensamiento del otro, tomarlo seriamente en consideración, someterlo a sus consecuencias, ejercer sobre él una crítica, válida también el principio para el pensamiento propio, cuando se habla desde la verdad misma, cuando creemos que la verdad habla por nuestra...
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