Ensayo entre a vida y la muerte

Esta vida entendida, como el recorrido de un tren que posado en esta estación, en este año, en este siglo, merece retener en el cuerpo, mente y alma, situaciones emotivas que se dan en el transcurso de nuestra vida, en aquel recorrido que pese a su destino impropio es retenido en la memoria, para ser contado, para ser parte de una historia, enredada del pasado, confabulada para el futuro ydesmentida en y para el presente.

Vida que es mal entendida, mal comprendida, cuando la estropeamos en lugares inconvenientes, derrochando su energía, envolviéndola en atrocidades que no sabemos manejar, y que en algún momento impreciso la tomamos, la capturamos y la envenenamos con tormentos y culpabilidades que hacen de ella, un ahogo constante de nuestro existir, por lo que tomar una caminata sinobjetivo específico, usualmente en una ciudad, conlleva a situaciones sorpresivas, que siguen la llamada del momento, exponiendo el ser , a la muerte. Muerte, como la separación del cuerpo y del alma. En la que es preciso que el cuerpo tome su descanso y que el alma vague, o mas bien recorra ambientes diversos que en vida no se atrevió a recorrer, a vislumbrar, por lo que el alma encierra esalibertad, libertad inmediata que fue sofocada en la vida para cuidarla de la muerte pero que con la muerte se reconoce y se desenvuelve, sin miedos, sin culpas, sino que con libertades que jamás se exploraron. En la muerte, la memoria del alma, se construye paso a paso, a la “deriva” de un sin sentir, o mas bien a la deriva del consentir, desmembrada de las ganas de recorrer los lugares con otrotipo de existencia, reconocida mediante aquellos sueños, en que el cuerpo descansa al compás de un respirar, donde nuestra alma y emoción vaga en la mirada que tuvimos ante el desierto de profundidad que abriga la vida, por nuestra existencia, la exploramos y la retenemos como fruto de nuestra memoria.

Son aquellas casas en el aire que se forman como memorias acumuladas de llantos, de risas,de muecas, de arcadas o histerias malhumoradas que buscan quedarse para gobernar su propio suspiro, que tal vez no alcanzaron a sentir porque, en ese instante no se reconocieron como cuerpo y alma, sino que se reconocieron como lo mas oculto, lo perverso, dejándose llevar por las solicitudes del momento, del terreno y los encuentros que a ella correspondían. Tal vez, su cuerpo desprotegido, valorode inmediato el alma refugiada en aquellas ciudades jamás exploradas, formadas con el paso de algunos perdidos, que buscaron refugio como encargo divino, sopesando el cuidado incapacitado que tuvieron ante sus cuerpos marchitos, por lo que sus almas, esperan con deseo cumplir la misión o preparación que en algún momento desecharon bajo sus propias leyes, leyes extraviadas en el destino que nosupieron sobrellevar.

Creo que los cementerios, responden a ello, como aquella memoria impuesta, o codificada por otros, mas que por el difunto, para que el otro, el que queda aquí, en la vida, lo recuerde, recuerde su muerte, recuerde su paso, reteniendo en la memoria la vida que hizo, la vida que construyo, desvanecida ésta como castillos de arena que se desasen en los remolinos de su propiocamino, haciendo difícil el acceso o la salida a ciertas zonas y/o lugares, como aquel impulso del alma por recorrer lo que nunca pudo. Quiero decir que la muerte, es un paso a otra vida, un paso sin cuerpo, una evolución del alma, de aquella alma que aprendió, se defendió, lucho y que tal vez también vago, pero con el cuerpo, exponiendo este a su propia muerte. Es el cuerpo el que fallece, es elcuerpo al que debemos cuidar, el alma permanece y permanecerá construyendo y descontruyendo situaciones, recorridos, que solo ella puede vislumbrar para asentarse por un tiempo y luego volver a descender como el viento en busca de huracanes, por lo que al alma, hay que nutrirla de lo que la hace mas feliz, para que no quede a la deriva de un sin sentir.

Esta vida que tenemos hay que cargarla,...