Ensayo Garcia Candela 2015

0. Me encuentro, al sentarme en la mesa familiar, con que el ministro de economía Axel Kicillof
está en ese rejunte de lugares comunes tanto del sentido común progresista como de la gramática
audiovisual soviética que es TVR. En un momento, al principio –probablemente eso explique su
acartonamiento, está estrenando su imagen de diputado descontracturado dejando atrás al
marxista estatizador-, loenfrentan a un compilado que incluye a un personaje de Peter Capusotto,
“ConSumo”, una especie de Luca Prodan que discurre sobre las ventajas del capitalismo y la nueva
cafetera que uno podría comprarse en cómodas cuotas. Lo que dice Axel es algo fácilmente
comprobable: a las amenazas desestabilizadoras de la derecha neoliberal sobre las burbujas
económicas hay que hacer oídos sordos y aprovecharlas indiscutibles ventajas del programa Ahora
12, que hizo ingresar al placer del consumir a buena parte de la población. Ellos no son ni
consumistas ni capitalistas, aclara, pero considerando el martirio de los noventa les parecía bien
que ahora Garbarino publique en La Nación y en Diario Popular. Ciertas luchas que antes eran
justas y necesarias se rindieron ante la coyuntura. Un lector delprimer diario nombrado podría
advertir en ese argumento el fantasma del clientelismo. Pero ¡no!, mejor lo compro en ocho cuotas
(leer al ritmo de Mejor no hablar de ciertas cosas).
Algo de ese movimiento ideológico (que lleva al ridículo esa definición de política como arte de lo
posible) que se vislumbra desde 2003 y se irá intensificando hasta Octubre del año corriente ante la
necesidad de elegirel menos peor, también se puede advertir en la obra de Adrián Caetano, con
una diferencia sustancial: lo que hace éste último es de una calidad y originalidad que sólo pueden
provenir de la más profunda sinceridad. Una cierta resignación alegre sobrevuela, como si la
coyuntura, que tocó fondo hace tiempo, haya alcanzado una estabilidad que por ahora es un buen
paliativo. Hace veinte años publicabaen El Amante un manifiesto llamado “Agustín Tosco
Propaganda” en el que se auto-declaraba “dispuesto a sembrar el terror entre quienes tengan
opiniones complacientes con el cine argentino”, un objetivo que pudo parecer grandilocuente en el
‟95 pero que en el ‟97 ya tenía mucho sentido. Con respecto a hoy, habría que pensarlo.
Ahora se hacen ficciones de baja intensidad: los materiales que seencuentran disponibles para
hacer funcionar el efecto de la realidad (Barthes) y fundar un verosímil más o menos creíble implican
menos violencia que la que se encontró la primera camada del así llamado Nuevo Cine Argentino.
Nos resulta ridícula la impostura de quienes quieren forzar la discusión con golpes de narrador
(Mitre) o los que abstraen y estetizan mundos para darle una dimensión un pocoexagerada (Fadel,
Schnitman). En cambio, se agradece la nobleza de aquellos que lo toman como un cargo público,
un oficio --gracias Pedro Costa-, y filman con respeto y sutileza (Réimon, Rodrigo Moreno, 2014;
Victoria, Juan Villegas, 2015). En Francia (2009), de Adrián Caetano, se oscila entre la belleza y la
fealdad, la sutileza y la falta de ella, haciéndola más problemática que las otras.

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I.“Toda la plata es afanada”
Oso/Julio Chávez, Un oso rojo.

Adrián Caetano es el cineasta, junto con Burman y Trapero, que menos problemas tiene con
integrarse a la industria y filmar con esos tiempos, ese sistema de producción. Todo le sirve para
seguir filmando ya sea en series de TV, películas por encargo, incluso admitió haber filmado la
campaña del FPV en las elecciones presidenciales del 2007.Su programa estético puede aplicarse a
todos esos espacios porque la suyo no es una militancia formal, puede acoplarse a métodos de
trabajo ya preexistentes. En su primera película ese tufillo industrial del viejo cine argentino puede
notarse –en retrospectiva al menos-, como bien dice Mariano Llinás: “Un film más auténtico que
otros, hecho con mayor habilidad y mayor inteligencia, acaso por...