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ENSAYO SOBRE LA INSTITUCÍON
Por Matias Brusa

Pensar en la institución, abre una multiplicidad de perspectivas que no se pueden evadir. Uno podría pensar en las instituciones sociales en términos generales y evaluar cómo afectan la vida de los sujetos, uno puede hacer un rastreo historiográfico de la aparición de ciertas instituciones y de las condiciones de posibilidad quepermitieron ese surgimiento, analizar las formas en que fueron evolucionando y transformando, cómo fueron configurando ciertas prácticas y cómo construyeron ciertos tipos de sujetos. En la Roma Antigua, después del nacimiento, el niño era depositado en el suelo, delante del padre,y éste lo reconocía levantándolo; era como un segundo nacimiento no biológico, comparable a la adopción. Julien Philippe, “ElManto de Noe, ensayo sobre la paternidad”. Pero mientras escribo me doy cuenta que la institución como objeto a problematizar o como tema a trabajar tiene un poder que la diferencia de otros. A ese poder lo llamaría autoreferencial, en el sentido que me lleva por un camino directo a pensarme como un sujeto que en su paso por las instituciones puede reconocer, y por ende decir algo sobre las marcasy huellas impresas, sobre los efectos de institución. Las marcas de las instituciones habitan en el cuerpo y en la mente de cada uno, y es en este sentido que intento hacer un ejercicio (debido a la imposibilidad de que “todo sea tramitado”) de reconocimiento de algunas marcas dejadas. Desde el lazo social ofrecido, desde él permitirme pertenecer, me pregunto y pienso sobre la institución. Creoque toda institución tiene la característica de ofrecer un lazo social, un encuentro con el otro, una posibilidad de vínculo, un lazo con el tiempo, con el lugar, con lo que no se conoce; Matías Brusa por maxi ofrece un espacio de internalización de saberes, códigos,

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comportamientos y de expresión subjetiva, y en este juego doble de internalización yexternalización de lo social, crea identidades, permite reconocernos y diferenciarnos. Pensemos en la escuela como núcleo socializador por excelencia. Ahora, en este acto de ofrecimiento de lazos lo que está en juego es el orden de la disponibilidad del otro, en el sentido que es la institución la que necesita del sujeto en tanto aquel que acepta y toma el lazo, aquel que se imagina y se proyecta estando ysiendo parte de. Y se me ocurre pensar en la disponibilidad del otro, porque la imagen del lazo me remite a la presencia de un objeto que puede ser tomado pero también rechazado, es un objeto “del vínculo pero también del engaño”(1). En este sentido estamos viviendo un tiempo de desenlace “de aquello que anda suelto cuando debería estar enlazado” (Graciela Frigerio), y me pregunto sobre aquellossujetos que son víctimas del desenlace, que han sido tomados y expulsados quedando al A pesar de la impronta disciplinadora de la cultura escolar y de la tendencia codificadora de los conocimientos que circulan en ella, la inserción institucional coloca al interlocutor-alumno en un terreno discursivo que por lo menos revela que lo real puede ser nombrado de otro modo. Duschatzky Silvia, “La Escuela comoFrontera”.

margen de las instituciones y del discurso social que las sostiene, y sobre todo en los “sujetos que rechazan toda posibilidad de integración y crean nuevas formas de vínculo social”(2) que son los ya engañados, los que desconfían del lazo y deciden no tomarlo. Desde la exclusión como otra marca impresa, me pregunto y pienso sobre la institución. Como Hebe Tizio plantea en sutrabajo “Sobre las Instituciones”: “si la institución es un lugar abierto por un discurso (.....) no se trata de negar a las instituciones sino de analizar el discurso que las organiza y los márgenes que da para las particularidades subjetivas”. Así, analizar el discurso es una tarea que obliga a pensar a la institución como un discurso que puede producir espacios para la subjetividad, para la...