Ensayo: Libro corto de 500 palabras




Mi compañero de Clases.
















Fecha de entrega: 26-11-2013.
Curso: 5º11.
Asignatura: Literatura.
Nombre: Elba Aban
Entre a la sala de biología, como todos los días y vi al profesor sentado en su escritorio, me dirigí a mi asiento y me senté junto a lado de mi amiga.
El profesor comenzó la clase.

-Hoy comenzaremos con algo distinto, crearemos un trabajosobre la reproducción humana en grupo, para eso no tenemos que conocernos a nosotros mismos, asique cambiaremos de compañeros de banco- el profesor se dirigió hacia mi- ustedes se conocen lo suficiente nos es verdad?- Ana y yo dijimos si con la cabeza- De hecho, apuesto a que cada uno de ustedes dos conoce lo bastante bien. Ustedes dos se sientan por una razón ¿verdad? Familiaridad. Que mal quelos mejores sabuesos eviten la familiaridad. Anula el instinto investigador. Que es la razón por la que hoy vamos a crear una nueva asignación de asientos.
Yo proteste- pero ya casi es final de curso- Dije.
-Puedo sacar este tipo de cosas hasta el último día del trimestre. Y si desaprueban mi clase, van a estar de vuelta aquí el año que viene, donde estaré sacando este tipo de cosas otravez-.Dijo mi profesor.
― Cada compañero sentado en el lado izquierdo de la mesa... es decir, nuestra izquierda, que se mueva un asiento hacia adelante. Los de la fila de adelante... si, incluida tu-señalando a Ana- vete al fondo-.Dijo.
Ana metió sus libros dentro de la mochila y se fue al fondo. Yo le hice adiós con la mano. Después me volví levemente, mire toda mi fila detrás de mí. Sabia los nombresde todos mis compañeros... excepto de uno. El transferido. El Profesor nunca lo llamaba en clase. Estaba sentado una mesa detrás, los fríos ojos negros mirando siempre hacia delante. Justo como siempre. Ni por un momento me creí que simplemente se sentara ahí, día tras día, mirando al vacio. Estaba pensando en algo, pero el instinto me decía que probablemente no quería saber en qué.
Dejo su librode biología sobre la mesa y se deslizo en la antigua silla de Ana.
Sonreí.

― Hola. Soy Nora.
Me miro por unos segundos, y intento un pequeña sonrisa. Mi corazón dio un pequeño salto y en esa pausa, tuve un remolino de sensaciones, todavía estaba mirándolo. Su sonrisa no era amistosa. Era una sonrisa que anunciaba problemas. Como una promesa.

El Profesor dijo:
― La reproducción humanapuede ser un asunto pegajoso...
― ¡Asco! ―Dijeron mis compañeros.
― Requiere manejarla con madurez. Y como toda ciencia, la mejor aproximación es aprender siendo sabuesos. Durante el resto de la clase, practiquen esta técnica a base de averiguar tanto como podrán sobre su nuevo compañero. Mañana, tráiganme lo que descubrieron acerca sus compañeros de banco, y creedme, voy a revisar su autenticidad.Me sentí inquieta. La pelota estaba en su campo―yo había sonreído, y mira lo bien que eso había resultado. Arrugue la nariz, intentando averiguar a que olía. Ah Cigarrillos.
Mire el reloj de la pared. Demasiado temprano aun.
Genial. A este ritmo iba a desaprobar el trimestre.
Tenía los ojos clavados delante, pero oí el suave deslizamiento de su lapicera. Estaba escribiendo, y quería saberqué. Diez minutos de sentarnos Juntos no lo cualificaba para asumir nada sobre mí. Lanzando una mirada de reojo, vi que en su papel había varias líneas, y creciendo.

― ¿Qué estas escribiendo? ― Pregunte.
― Y habla. ―Dijo mientras lo garabateaba, cada movimiento de su mano al mismo tiempo suave y descuidado.
Me incline tan cerca de él como pude, intentando leer lo que había escrito, pero dobloel papel por la mitad, ocultando la lista.

― ¿Qué has escrito? ― Exigí.
Estiro la mano hacia mi papel sin usar. Lo arrugo formando una bola. Antes de que pudiera protestar, lo lanzo a la papelera al lado del escritorio del profesor. El tiro entro de lleno.

Me quede mirando a la papelera un momento, dividida entre la incredulidad y el enfado. Después abrí mi anotador en una página en...