Ensayo sobre el comunismo
Hacerlodesde la existencia de personas que han entregado su vida al proyecto de una sociedad decente. Sí, decente, porque este término, aparentemente “desideologizado y burgués,” cuando se traduce en actoscotidianos, privados y públicos, representa un valladar contra las censuras, cansancios y fanatismos que han envuelto la épica anticapitalista en estos 92 años de socialismo de estado, y en particular,en su medio siglo de capítulo cubano.
Hace unos años caminaba por el boulevard de Obispo en la Habana Vieja y sentí una palmada sobre mi hombro. Al voltearme encontré a un viejo amigo que,acompañado por su esposa, me abrazó mientras le decía “mira amor, este es uncomunista bueno.”
En este caso el elogio personal y la ofensa ideológica eran comprensibles: el chico había sido sancionadotres años antes, mediante pretextos de “fraude” que ocultaban los dogmatismos, prejuicios antirreligiosos y la inhumanidad de algunos profesores.
El caso: había hecho un ensayo evaluativo asumiendotodo el trabajo y poniendo, por solidaridad, el nombre de un colega de bajo rendimiento docente. Descubierto el asunto, se había propuesto expulsarlo de la universidad, pero la férrea oposición decompañeros y dirigentes estudiantiles (que armamos carteles, cartas de protesta y una comisión de diálogo) logró conmutar la pena por la reprobación de la asignatura y el alargamiento, por un año, de suegreso.
Pero la decepción sufrida (sufría además el fuego de la jerarquía de su templo evangélico que lo acusaba de comunista) sumada a la difícil situación familiar (dos ancianos y una madrecasi demente en absoluta pobreza) lo hicieron rendirse y abandonar los estudios para ponerse a buscar dinero, con la idea de que “toda la política es una mierda.”
Traigo la anécdota-que siempre me...
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