Ensayo sobre "el dardo en la palabra

Desde el uso inadecuado hasta el abuso provocado.
Por: Alejandra Zapata Santamaría.

No sé cómo podría describir el inmenso placer que sentí al leer, palabra por palabra, el maravilloso escrito de Fernando Lázaro Carreter, “El dardo en la palabra”. Y digo placer, no porque no me preocupe la gravedad del asunto que allí se plantea; si no más bien, por la profunda alegría que me produce,gracias a la libertad otorgada para realizar este escrito, la posibilidad de liberarme del ahogo que me ha aquejado durante años.
Lázaro Carreter denuncia en su libro todos los usos inadecuados y tergiversaciones, que por múltiples motivos, se han ido hibridando en nuestro idioma español. Inicialmente habla de la extranjerización, producto de la globalización que nos han posibilitado los medios decomunicación, principalmente internet; pero según éste, y a lo que no tengo objeción, este proceso es inevitable y sus consecuencias no son tan graves y nefastas como si lo es la “inseguridad de los usuarios del idioma en su propia lengua”.
Es innegable la influencia que ejercen, desde siempre, los medios de comunicación sobre oyentes y televidentes; por eso, es también innegable la inmensaresponsabilidad, de periodistas, comunicadores y escritores, de cuidar fielmente el correcto uso del lenguaje, en la construcción de los mensajes. Pues finalmente, son precisamente, éstos, los que imponen estructuras y modelos de pensamiento en las masas.
Leyendo a Carreter, me identificó totalmente con la indignación visceral, por lo menos de mi parte, que produce el estar en contacto, todo el tiempo,con las desapropiaciones e averías que se le cargan al lenguaje. No sé cómo es una clase de español para niños y adolescentes en edad escolar, pero de lo que si estoy segura es que no son las mismas que yo recibí. Se me hace difícil, si no imposible, y además frustrante, el tratar de entender cómo escriben y se comunican, por ejemplo, a través de las redes sociales o de los dispositivos nuevos quenos provee la tecnología, estos niños y adolescentes que mencionaba atrás.
Aunque debo confesar, que mi preocupación, indignación y frustración se acrecientan al darme cuenta que estos usos, inadecuados y abusivos del lenguaje, no son producto de una carente o ineficaz educación – aunque con esto no intento salvar esta cuestión- si no que responden a la instauración de una moda. Solo basta conentrar a Facebook, Messenger, entre otros, para ver cómo se violenta abruptamente el lenguaje. Se hacen abreviaciones absurdas, como por ejemplo la sustitución de la preposición “por”, por el símbolo matemático multiplicador “x”. Eliminan por completo el uso de las tildes. Combinan sin sentido, ni siquiera estético (que a mi modo de ver, es la razón por la que lo usan) mayúsculas y minúsculas.Indiscriminadamente -o más bien criminalmente, diría yo-. Sustituyen “s” y “c” por “z”, a la vez que “b” por “v”, y viceversa, en ambos casos. Sin dejar de mencionar que, las “h” que se “tragan” en las palabras donde deben ir, aquellos las agregan en otras en donde jamás debieran aparecer.
Pero increíblemente, existe algo que puede causarme, aún, mucha más indignación que lo anterior. Me pareceinaceptable, insoportable, absurdo e inadmisible el ver como esta moda instaurada por la población ya mencionada, se haya extendido a algunos, bastantes, militantes de la academia. No concibo como alguien que está formándose en las filas de la buena escritura y el bien hablar pueda adoptar este tipo de absurdas modas maltratadoras del lenguaje, teniendo en cuenta que es éste último su objeto deestudio y herramienta de trabajo.
Ahora, claro está que tampoco se puede ser generalizadores o prejuiciosos frente a la posición que asumen los medios de comunicación (entendiéndolos en todo el sentido que el concepto abarca) frente a la responsabilidad que tienen como proveedores, y en consecuencia formadores, del lenguaje. Pues hoy en día, también son muchos los que asumen su responsabilidad y...