Ensayo Sobre El Prisionero De Zenda

El honor y la valentía de Rudolf Rassendyll.


El prisionero de Zenda es una entretenida y emocionante novela escrita en el año 1894 por Sir Anthony Hope Hawkins. Si bien éste no es un autor que figure entre las celebridades literarias, es conocido por el éxito que tuvo con la misma. Nacido en Londres en 1863, estudió en la Universidad de Cambridge y ejerció la abogacía. Para Hope, laprofesión de escritor nunca fue una actividad respetable, por lo que contemplaba su carrera literaria con cierto distanciamiento irónico. Aún así, con el tiempo abandonó las causas judiciales para convertirse en un novelista profesional, por simple placer. Publicó treinta y dos volúmenes a lo largo de su vida, de los cuales sólo el ya nombrado llegó a ser un clásico (Alberto Jiménez Rioja, ElenaGiménez Moreno, El prisionero de Zenda) y nadie duda, hoy en día, que es una excelente y original novela de aventuras.
El escritor, refleja en su obra lo típico de su época, la era victoriana, en la que se fomentaba entre los jóvenes británicos un sistema de valores que incluía la valentía física, la confianza en uno mismo, la eficacia y el sentido del deber hacia los compañeros. Creaentonces, una especie de héroe, cuyo coraje, determinación y sentido del honor le permiten resolver cualquier conflicto y salir indemne de él, y no hace falta decir que resultan a su vez, los elementos clave para el desarrollo de las aventuras de la novela.
¿Podemos decir entonces que son el honor y la valentía del protagonista, Rudolf, los que permiten resolver los conflictos y desarrollar latrama?
Entendemos como valentía a la determinación para afrontar situaciones peligrosas o dificultosas, la Real Academia Española la define como esfuerzo, aliento, vigor, o hecho o hazaña heroica ejecutada con valor. Y es justamente lo que aplica Rudolf Rassendyll para tomar sus decisiones. Por ejemplo, cuando en el día de la coronación el futuro rey se encuentra inconsciente, ante la opciónde presentarse por él en Strelsau, por disparatada que pareciera, Rudolf acepta:
-Es un riego… contra una certeza. –dijo Sapt-. Apuesto a que cuando se afeite nadie podrá reconocerle. ¿Tiene miedo?
-¡Por Dios!
-Vamos hombre, vamos; pero es que está en riesgo su vida, y usted bien lo sabe, si le reconocen… y la mía, y la de Fritz. Ahora bien, si usted no va, le juro que Michaelel negro se sentará esta noche en el trono mientras el rey queda preso, si no lo manda directamente a la tumba.
-El rey nunca nos lo perdonará.
-¿Acaso somos mujeres? ¿Quién se preocupa de su perdón?
El tictac del reloj sonó cincuenta veces, y sesenta, y setenta, mientras yo meditaba sobre la situación. Después, supongo que algo traslució mi semblante, porque el viejo Sapt mecogió de la mano y exclamó:
-¿Viene?
-Sí que voy –contesté, volviendo a contemplar la figura del rey postrada en el suelo.
Lo mismo sucede cuando llegando al castillo para la coronación, ingresan a la zona de la ciudad que apoyaba a Michael, y Rudolf ordena que en vez de que los coraceros lo rodearan para que la multitud no pudiera acercarse a él, fueran cuarenta metrosadelante, y cuarenta metros atrás, demostrando al pueblo su confianza, con gran gallardía. También cuando decide regresar a Strelsau tras no encontrar al rey, y nuevamente fingir serlo. Y entre muchos otros desafíos se destaca finalmente, el rescate del rey.
Por su parte, el honor es la cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo. Tal cualse encuentra en muchas ocasiones; el honor a su palabra, a su deber fundamental: rescatar al verdadero heredero de la Corona, el honor en algunos aspectos del combate:
Por un azar maravilloso, dominaba la situación. Aquellos cobardes no osarían oponerme resistencia, como no se atrevieran a atacar a Rupert; sólo temía que apuntarle con el revólver y enviarle al infierno con todos sus...