Ensayo sobre la Noche del 15 de Septiembre
El cuarto o alcoba de donde salía la luz era de un tamaño regular, y adornado de una manera que, en los tiempos de que vamos hablando, no dejaba de ser extraña. En una mesa tosca de madera, con carpeta de paño azul, había esparcidos algunos libros que porla pasta y cantos dorados, no podía dudarse que eran pertenecientes a un eclesiástico, y junto a ellos algunos otros con forros de pergamino raído. Sobre otra mesa se veían algunos planos y cartas geográficas confundidas y revueltas entre varios crisoles de barro, un telescopio pequeño, y algunos compases y escuadras; en la pared se veían colgados también algunos mapas, alternando con grandespantallas de cristal; y por último, junto a un estante de libros estaba colgada una estola y unos relicarios de cera de "agnus", y en un costado de la mesa estaba colocado un Santo Cristo y una imagen de la Virgen de los Dolores. Lo demás del cuarto no presentaba cosa digna de llamar la atención, a no ser multitud de canastos llenos de tierra, algunos pequeños hornillos, y una colmenera de palo. Apesar de los signos evidentes de que el que allí moraba no sólo un buen cristiano sino un ministro del culto, cualquiera habría dicho que tal habitación era propia para un astrólogo o alquimista del siglo XV.
En la habitación que hemos procurado describir se hallaba envuelto en una turca negra un anciano encorvado por los años, de frente espaciosa, nariz afilada y ojos vivos y chispeantes. Unasveces se paseaba con grande agitación de uno a otro extremo de la pieza; otras se sentaba delante de la mesa y con la mano en la frente, quedaba sumergido en honda cavilación; de repente tomaba la pluma y trazaba en un papel rápidamente algunas líneas y vocablos. Se conocía que tenía un gran pesar o que lo ocupaba algún proyecto inmenso.
De esta agitación lo sacó el rumor lejano del galope de uncaballo. Se levantó y aproximándose lentamente al postigo, se puso a escuchar con atención. A poco, el rumor se hizo más perceptible y finalmente, un jinete embozado se apeó en la puerta de la casa. Nuestro personaje tomó la bujía y abrió el zaguán al embozado, el cual sin más ceremonia, introdujo al patio su caballo y cerró tras sí la puerta.
-Estamos perdidos, señor cura, exclamó el reciénllegado. El cura iba a soltar la bujía a causa de la sorpresa; pero recobrándose, le contestó con calma:
-A lo que veo, estamos todavía libres y con vida; y siendo así, falta mucho para que nos consideremos perdidos; mas explíquese usted.
Entretanto, los dos personajes entraron a la alcoba; el cura tomó asiento en su poltrona y el embozado en otra silla frente a él.
-Diga usted ahora cuantoguste, continuó el cura con voz tranquila, que estoy dispuesto a escucharlo.
-Pues señor, la conspiración ha sido descubierta esta misma mañana en Querétaro.
-¡Descubierta!... ¿Y cómo?
-Hace días que, en una taberna, hubo una riña de la cual resultó un asesinato. La policía acudió y se apoderó de los agresores. Uno de ellos, temiendo ser sentenciado a muerte, ofreció descubrir secretos deimportancia con tal de que se le perdonase. Se le garantizó la vida y todo lo ha descubierto. En consecuencia, el señor corregidor Domínguez aunque amigo de usted y de la patria, toma en cumplimiento de su deber medidas enérgicas; y mañana a estas horas, el señor Allende, usted y otros varios caerán en poder de García Rebollo.
-Nada de esto me asombra, amigo mío, porque entre los valientes hay...
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