Ensayo vigilar y castigar.
El libro comienza con una descripción cruda y detallada del castigo corporal al que era sujeto un criminal, condenado a mediados del siglo XVIII, podría decirse entonces que elsuplicio cumplía dos consecuencias una deseada y otra no deseada y por lo tanto no prevista.
La consecuencia deseada era castigar al culpable haciendo caer sobre el todo el poder ante los ojos delpueblo, para que este vea cuan poderoso es el rey o el príncipe y lo que les pasaría si actuaban de igual o parecida forma, y la consecuencia no deseada es que el pueblo se sintiera más cerca que nuncade los criminales, e incluso los apoyaba, sintiendo pena por lo que les sucedía y en ocasiones se revelaban e intentaban salvarlos( en ocasiones a determinados condenados se les convertía en unaespecie de santos). Uno de los primeros clamores del pueblo fue para pedir la supresión de los suplicios.
Se trataba de una tecnología de castigo “monárquica”, en la cual se castigaba al cuerpo delindividuo que había violado las normas mediante la tortura y la ejecución públicas.
En este libro al autor le interesa, estudiar un mecanismo de control que la sociedad moderna ejerce sobre los individuos,se pregunta cómo, en menos de un siglo, las tecnologías de castigo se orientaron en otra dimensión, en un principio muy diferente, que es el de las prisiones modernas.
Podría decirse que esto es ladespedida a las viejas “anatomías” punitivas; pero, realmente ha terminado la era de los castigos corporales.
En 1791 la nueva legislación criminal establecía, que eran necesarias unas relacionesexactas entre la naturaleza del delito y la del castigo, es decir, él que ha sido feroz en su crimen padecerá dolores físicos; el que haya sido holgazán se verá forzado a un trabajo penoso etc., éstecódigo también preveía la muerte para los traidores y asesinos; y todas las demás penas debían tener un término siendo el máximo 20 años.
Una de las principales diferencias es que antes el cuerpo del...
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