Ensayo y error
¿Por dónde empezamos?
Algunos han creído que sus hijos son como aquel jarrón chino con el que no sabemos quéhacer y que escondemos cuando vienen las visitas a cenar. Creer que un hijo no es más que una de sus posesiones, maleable en todos los sentidos, puede acabar convirtiendo a un padre o una madre en unSaturno. Tan acostumbrados estamos a quejarnos de nuestros hijos que a veces pienso que hemos perdido la perspectiva. Quizá deberíamos echarnos un vistazo a nosotros mismos antes que nada. Aquí es másválido que nunca aquello de que: por favor no tenga hijos porque toca.
Demasiada teoría. La psicología de José Antonio Marina (por citar a alguien conocido y reconocido), autor de libros decabecera de muchísimas parejas, está bien. Sin pasarse. Cuando éramos niños no había tanta teoría y tampoco nos ha ido tan mal. Ahora, abrumados por tanta literatura de autoayuda, resulta que fallamos enla práctica. Sin leer ningún manual, parece que lo obvio para educar bien es: cariño, atención y aceptación. ¿Límites?, sí. ¿Deberes?, también. Él es el niño; usted, el adulto. No se preocupe, que...
Regístrate para leer el documento completo.