Ensayo

BREVE ENSAYO

La sentencia que despliega toda autocrítica sobre la fauna composición enmarañada que constituyen las entidades literarias y que hacen de nuestras personas un intrincado monólogo que llega a sobrepasar lo que imaginemos, en ellas desde ya están perdidas, sin triunfos, sin aplicación y reducidas al absurdo y la parquedad de la falta de autocrítica.

So pena de haber vivido yalcanzando el agreste trato, la autocrítica toma el extremo de avergonzarse de su nombre y cuando lo permite la cómplice vanidad, dedica su crítica a todo tipo de decoración de la verdad en vez de valerse de ésta.

Así de flotante es la vanidad que jamás hunde su ego en las maravillosas profundidades donde la reunión de sus marginados fenómenos autocríticos pudieran dañar severamente pero para bienlas pupilas de quien ejecuta esas muertes en su identidad.

Sucede que dentro de nuestro cráneo el mal ambiente donde la vanidad colecciona sus objetos extraviándose de toda racionalidad y verdad, el diálogo jactancioso no desea sincerarse y mucho menos mostrar al lector su universalidad indolente cuyo arte deambula por un bienestar verosímil y no “verídico”. 

La descripción de la vanidadsiempre está ahorrándose una autocrítica. Sus innúmeros hechos tienen por finalidad la sola exposición de un presunto entendimiento manchado por el propio tizne de sus hechos auto infundados. La sorprende el honor cuando es arrojada al paseo de su “sino” y cuando siente que es alcanzada por la extraordinaria duda acerca de su capacidad imaginaria, entonces suspirante de verdadera cultura no hallapaz alguna, no ve conformidad con su talento, con su razón de ser vanidad. En efecto tiene que lastimosamente recoger sus palabras heridas y sentir la veloz reflexión del alma conduciéndola como sangre por la conciencia, por un fuego que transmite a su agua una matemática infalible de la cual no puede defenderse. 

Toda su infructuosa significación extralógica no tiene el menor valor. Susapreciaciones maldicientes no logran convencerla ni vislumbrar en la creación de sus seres la susceptibilidad ante las verdades que tarde o temprano harán juicio de su talento. Porque en el fondo de sí misma existe un inevitable orden de cosas que la arrastran a estados de conciencia de sí que neutralizan su ilusorio poder.

La vanidad tiene por juramento existencial el de mostrarse bella y perfectafrente a toda circunstancia, pero existe el peligro de que la realidad ocurra palpable y consecuentemente no pueda evadirse de sus verdades.

En la vanidad todo saber es prematuro e injustificado, a la postre el simbolismo que teje cual tela de araña termina por atraparla, aunque esa trampa la considere de su propiedad, con el tiempo caerá en la cuenta que sus desaciertos, su prestidigitaciónindirecta y retorcida seriamente le incumbirá a su inteligencia y a su fuerza mal retratada. Pero la naturaleza de este proceso de purificación consiste, en lo que respecta precisamente a la vanidad, en hacerla fallar ante todo el mundo y eliminarla en su propia jactancia hasta neutralizarla en sus ánimos de continuar mintiéndose. 

En la pena será puesta prisionera por la verdad. Allí tendrá quetranquilizar su falaz creatividad y dedicarse a rever el asunto de sus falsificadores gustos, de su artificial emotividad inoculada en los individuos que contemplándola con admiración, creyeron comprenderla y valorar su finalidad sin una legítima observación, sino anticipándose a sentir en sus elementos una belleza que solo puede ser belleza mirada con el órgano de la vanidad, es decir, la farsa. Es frecuente que la vanidad garantice en sus tópicos su habilidad y atención siempre en presencia de sus espectadores y aduladores, esa es la causa a la que indefectiblemente hace adhesión porque ¿qué sería la vanidad sin esta su esencia?

La cualidad que porta la vanidad se fundamenta en meras hipótesis, en ingenuas alusiones para ser interpretada como originalidad, como fin y libertad de...