Ensayo

Arte utilitario": objetos de artistas para uso cotidiano

En galerías y museos se mezclan obras tradicionales con otros objetos en venta. Los galeristas dicen que es una tendencia mundial y que acercan el arte a la vida diaria.

Quién no imaginó —en sus más irreverentes sueños— echarse una siestita plácidamente recostado sobre una de las famosas "camitas" que Guillermo Kuitca expuso en elMuseo de Bellas Artes?

Vasos, individuales, manteles, vajilla, blusas, carteras, collares, zapatos, muebles y hasta percheros: cada vez es más probable que recorriendo los circuitos de arte uno se tope con estos objetos, respaldados con la firma de un artista y respondiendo al llamado "arte utilitario". Y fuera del circuito, también.

Se trata de creaciones a las que no les falta una buenadosis de controversia: si bien llevan la impronta de un artista, bueno, están ahí para ser... ¡utilizadas!

Así, las artes plásticas se bajan de las paredes para meterse en tiendas, bazares y galerías con el fin de ser comercializadas. Parecería que la posibilidad del consumo ha empujado a las obras a llevar una existencia más mundana, económica y masiva: no siempre resulta fácil meter la mano enel bolsillo para comprar un cuadro o una escultura.

Según los entrevistados por Clarín, el fenómeno tiene su punto de partida en el movimiento alemán de la Bauhaus, que en los comienzos del siglo XX integró el arte al diseño industrial y cuya filosofía se basaba en integrar todas las artes con la tecnología para obtener un diseño al alcance de todas las billeteras. Pero es en la Argentinaposcrisis donde los artistas objetuales han terminado por imponer un circuito comercial.

"Hay una tendencia en el mundo a que, cada vez más, las galerías de arte incorporen objetos de artista e incluso a que se definan especialistas en vidrio, textiles o cerámica", sostiene Valeria Fiterman, dueña de ODA (objetos de artista), una galería ubicada en Palermo que vende infinidad de objetos y espionera en la comercialización de los mismos.

La galería de Fiterman, quien además forma parte de la Fundación Klemm, reúne obras de arte únicas con otras que son, principalmente, un objeto funcional y cuya producción puede repetirse una y otra vez. "El público es mucho más amplio que el que va a adquirir la obra de arte e incluso hay gente que sólo se detiene en el hecho del objeto en sí", sostieneFiterman.

"Podría decirse que de Marcel Duchamp a esta parte, el artista le saca arte al objeto común", dice Adriana Budich. Alude al famoso mingitorio del artista francés que, según los expertos, inició una revolución estética al demostrar que cualquier objeto puede considerarse "obra de arte" si el artista lo sitúa en el contexto adecuado —una galería o un museo— y lo declara como tal.Budich es la responsable de Transarte Bazar, donde además de exhibir obras tradicionales se venden objetos. "Es a partir de la funcionalidad que el objeto puede utilizarse y, por lo tanto, consumirse. Consumir es una ideología placentera que te alimenta y no te engorda", bromea. Así, esta especialista en industrias culturales vende desde ropa confeccionada por diseñadores hasta joyas; de posapavasa muñecos de felpa. Incluso se exhiben algunos objetos cuyo uso queda reservado a la imaginación del "consumidor": pastillas que llevan la leyenda "orgásmica" o "amor" o "éxtasis"; delantales hechos con recortes de revistas pornográficas o percheros cuyas puntas están rematadas en penes y vaginas de siliconas... y que ¡son los que más se venden! "Existe un mayor prejuicio para comprar un cuadro yuno menor para el objeto, que, incluso, en ocasiones, conforma un espacio ecléctico", sostiene.

Aunque ambas manifestaciones cumplen la función de acercar el arte a la vida diaria, los entrevistados marcan una diferencia entre las reproducciones en serie y el objeto único.

Arturo Grimaldi, encargado de Diseño del Malba, habla de un "problema conceptual". Por un lado, dice, está el objeto...