Ensayo
Mis ojos sorprendidos miraban hacia ningún lado al tanto que continuaba mi camino, depronto una sensación de dolor me invadió y tal como si una voz me hablara; me di media vuelta y ahí estaba él, como vigilando mi propio andar… ¡!!
¡Qué bello ser de piel dorada! –Pensé- Ensimismada leobservé una y otra vez, como queriendo descifrar su misterio oculto y tratando de hallar una explicación a todo. Fue entonces cuando noté en su espalda la ausencia de una de las alas. La curiosidadinvadió por completo mi mente; preguntas y más preguntas se presentaban sin permiso ante mí. Pero ninguna de ellas salía de mi boca para cumplir su objetivo. Algo que nunca cruzó por mi pensamiento,fue el hecho de que él pudiera leer de semejante manera mi propia mente. Con un gesto perverso en su cara extendió su mano hacia la mía; aún atemorizada accedí y además le seguí sin pronunciar asíexpresión alguna.
Mis sentidos de repente todos despertaron, que aroma tan agradable, que sensación de paz, la belleza del paisaje alimentaba mis ojos, el aire fresco hacía ondear suavemente mi vestido,escuché lo hermoso y lo sublime del silencio, perdí absolutamente la noción del tiempo, incluso olvidé mis temores y la razón también abandonó el juego.
Juntos entramos en una caverna deapariencia un tanto primitiva en las orillas de una montaña muy nevada. Todo aquello parecía indicar que ese espacio era su hogar, por lo que no vacilé en indagar todo lo que a mi paso se presentaba allí...
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