Ensayo
Bajo el sol que nos llena de calor, sudor y picazón, pero también de esperanza y deseos de continuar adelante ó bajo la luna que nos muestra la noche oscura, triste y silenciosa, pero también nos pone en una oración de agradecimiento por lo vivido hasta esa hora en que nos acostamos y nos encontramos con Dios y con nosotros mismos. De día o de noche, JoséAntonio no deja de trabajar, dice que tiene que colaborar con su mamá.
Mirar a José Antonio es mirar la ilusión y encontrarse con la perseverancia, aunque también nos encontramos con sueños que tienden a desaparecer, vida resquebrajada, manos tendidas, ojos que nos interrogan, silencio que nos habla; en fin, es encontrarnos sinceramente con el otro.
Hay algunos días en que encuentro a JoséAntonio en el terminal de pasajeros, y en el poco tiempo que me queda cuando voy o regreso de la universidad donde estudio medicina paso por su casa: el terminal, los semáforos cercanos al mismo, la calle; es la única casa que conozco de José Antonio.
Más allá de las bolsas, los poco dulces y los cien bolívares que pide “pa’ comprar” comida; pide atención, un abrazo, un te amo, una oportunidad que ledevuelva la ilusión, un ven conmigo. Sin embargo, seguimos dando los cien bolívares, unas veces para no perder el tiempo, otras para ayudarlo y otras veces para no tener cargo de conciencia.
Resulta impresionante la impotencia que embarga mi vida cuando siento que no puedo hacer mucho por él, sin embargo, él no sabe cuánto ha hecho por mí desde aquella mañana que lo encontré y me detuve para verque pedía sin pensar que iba a encontrar un nuevo amigo. De vez en cuando le pregunto su apellido y me dice que su apellido es Díaz, nunca ha visto su partida de nacimiento, pero recuerda claramente que antes de dejar la escuela la maestra le apellidaba Díaz y así su mamá se lo dio a entender. Díaz, Pérez o Rodríguez da igual para José Antonio, pues, todo el mundo lo conoce como un niño que estáen la calle. La gente que se acerca a él para comprarle algunas bolsas, darle algo de dinero o para decirle que no tiene, no sabe su edad, no conoce a sus hermanitos, quién es su madre y por qué está trabajando y pidiendo cien bolívares “pa comprar” comida. No conoce su historia, su vida, sus sueños, su dolor, su alegría, su juego preferido ni lo que anhela en esta sociedad.
José Antonio pareceestar acostumbrado a las miradas condenatorias de muchas personas, al desprecio, a las preguntas, a la ignorancia y al abandono de la gente comenzando por su padre a quién nunca ha conocido ni ha llamado papá. Él no conoce la figura de un padre de familia en su corta vida, se ha apegado fuertemente a su mamá, y le duele no poder ayudarla siempre, sobre todo le duele el dolor de su madre por sus doshermanitos que necesitan más que él, esto es lo que piensa, sueña y mira José Antonio. Su vida parece estar marcada por el dolor... un dolor que se une al dolor de su mami, como la llama él cariñosamente.
Desde que conocí a José Antonio comencé a comprender lo que significa tener el corazón en el pecho. Suena un poco extraño, pero hasta los momentos no sabía por qué Dios le colocaría el corazónen el pecho al ser humano. Simplemente, porque ese es su lugar y no las rodillas, pues, si el corazón estuviera en las rodillas, lamentablemente, las personas se doblegaran ante la opresión, la miseria, la explotación, la violación de los Derechos Humanos, el hambre, los organismos internacionales que empobrecen a nuestros países latinoamericanos, los atentados contra los inocentes, la droga, laexclusión y tantas cosas más que van en contra del máximo valor que Dios nos ha dado: LA VIDA.
Cuando se tiene el corazón en el pecho, como José Antonio lo ha demostrado a sus doce años, se está impregnado de sensibilidad, libertad, amor, esperanza, defensa de los Derechos Humanos, sueños hermosos y solidaridad con los necesitados de nuestra sociedad. Estas virtudes nos envuelven cuando el...
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