Ensayo
José María Tortosa Grupo de Estudios de Paz y Desarrollo Universidad de Alicante Algunos de los enfoques mediante los cuales se puede abordar este asunto son los siguientes: ‐ Desde un punto de vista normativo, se trata de saber si los tres elementos deben estar relacionados. Para algunos, el desarrollo no es sólo crecimiento económico sino que éste debe observarse en la reducción y eventual erradicación de la pobreza, siendo ambas cuestiones presupuestos para una seguridad global que, obviamente, no se reduce a desarrollo. Es notorio que desde otras perspectivas ideológicas o ético‐morales se puede pensar lo contrario (que es lo que viene a continuación, a saber, que lo fundamental es la seguridad y que las demás cuestiones deben estar al servicio de la seguridad). ‐ Desde un punto de vista político, es la respuesta al ¿qué hacer?. Hay propuestas para adoptar como práctica lo que los respectivos puntos de vista normativos han indicado, estando en dimensiones diferentes lo que es la corriente principal del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y, como se verá, lo que es la corriente neoconservadora. En este enfoque entraría un análisis del ʺPlan Director de la Cooperación Española 2005‐2008ʺ y de sus contrarios. ‐ Un punto de vista teórico (que, en determinadas tradiciones, se supone que es el académico por excelencia) que procuraría encontrar la relación significativa entre los conceptos y su referencia a las obras de los autores reconocidos en los respectivos campos o en el campo, no necesariamente coincidente con el anterior, de las relaciones entre dichos conceptos.
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‐ Un punto de vista empírico consistiría en preguntarse en qué medida existen agendas de seguridad global, de desarrollo y de lucha contra la pobreza y si, puestas en práctica, son compatibles o no y a qué efectos observables conducen solas o en compañía. ‐ El punto de vista que se va a adoptar aquí es más concreto y casi periodístico: partiendo del hecho de que los Estados Unidos pretenden determinar las agendas mundiales (o, en su caso, boicotear las que no les resultan interesantes), y sin dar por supuesto que lo consigan siempre, se van a contrastar los discursos oficiales del gobierno de los Estados Unidos con sus comportamientos (y ya no sólo declaraciones) 1 que, como se verá, no parece tener entre sus objetivos realmente perseguidos los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio y sí una supeditación del desarrollo y la lucha contra la pobreza a los objetivos manifiestos de seguridad y reales de consolidación de un ʺnuevo siglo estadounidenseʺ, es decir, con los Estados Unidos como potencia hegemónica indiscutida e indiscutible 2 . Se trata, como es sabido, del país que con un 4 por ciento de la población mundial y un 21 por ciento del PIB mundial a PPA (11,7 billones, casi el doble que el siguiente, la China, y triple del tercero, el Japón, y cuatro veces el de la India), supone casi la mitad de los gastos militares mundiales (el doble de sus aliados de la OTAN y ANZUS juntos), dedica a la ayuda oficial al desarrollo el 0,15 de su PIB (16 millardos de dólares en 2004) siendo la proporción más baja de todo el CAD aunque, en cifras absolutas, suponga entre el 23 y el 26 por ciento de la ayuda oficial contabilizada por el CAD. Para decirlo todo, con sólo el 2 por ciento de las reservas conocidas de petróleo consume el 25 por ciento de la producción mundial, es responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales de CO2 (más que la ...
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