ensayo
Convivencia es, ante todo, compartir: tomar parte en la vida ajena y hacer partícipe de la propia. La convivencia es una prueba complicadaen la que demostramos muchas cosas concretas de nuestra personalidad. En este primer tramo del siglo XXI creo que una de las mayores dificultades objetivas es la de la convivencia.
Una buena convivencia no es fácil. Implica un esfuerzo importante de la voluntad y una capacidad suficiente para aceptar la vida con otras personas. Vamos a dibujar los aspectos más esenciales de este tema, lascuestiones de principio de donde debemos partir, para ir alcanzando una relación positiva entre las distintas personas que conviven en el seno, no ya sólo de la vida familiar, sino de cualquier comunidad humana relativamente pequeña. Soy de los que piensan que la primera fuente cultural es la familia. De ahí su grandeza, su importancia, el papel decisivo que va a jugar en el troquelado y configuraciónde la personalidad de cada uno de sus integrantes. Pues bien, estos puntos cardinales son, en mi opinión, los siguientes.
Primero: Tener un conocimiento adecuado de uno mismo. Conocerse a sí mismo me parece que es como el principio de todo. Saber las cualidades y las principales características de la propia psicología. Esto es imprescindible. Implica enfrentarse con uno mismo y procurarresolverse como problema o ecuación. Ahondar, profundizar, captar, para llegar a saberse, a conocerse. Esto concluye en tener a mano las aptitudes y las limitaciones personales. De este modo será más fácil controlar las borrascas y tempestades que ineludiblemente habrán de sobrevenir.
Segundo: Poner un plus de esfuerzo por limar, pulir y rectificar aquellos aspectos de la personalidad que dificultan,entorpecen o impiden el trato y la relación cotidiana. Se trata de luchar por ir desterrando lo negativo, modelando las aristas y las vertientes meros sanas del propio comportamiento. Tarea de reforma personal ligera pero continua, suave y sosegada, pero firme y compacta. Sin estos propósitos concretos es imposible esperar cambios que favorezcan una mejor relación entre las distintas personas.Esto va desde los llamados "prontos de carácter" en el lenguaje coloquial (reacciones impulsivas, pérdidas del autocontrol ante estímulos insignificantes) hasta la utilización de esquemas rígidos, intransigentes y herméticos, pasando por la susceptibilidad, los cambios bruscos de humor inmotivados y de gran rapidez o la desconsideración sistemática ante opiniones ajenas a las de uno.
Tercero:Otro aspecto importante es el conocimiento de la realidad en donde se desarrolla la convivencia. Este conocimiento se vertebra en dos direcciones. Por una parte, el conocimiento de la realidad propiamente dicha, es decir, la situación concreta en la que tiene lugar esa relación: su diversidad, su perímetro, su estructura. Esto es, en definitiva, la prudencia, la sindéresis: la valoración adecuada dela realidad. Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, la nombra como ordenadora del querer y del obrar.
Por otra parte, la otra dirección radica en el conocimiento ajeno. Conocer a las personas con las que se convive para entenderlas, primero, y comprenderlas, después. Entender quiere decir ponerse en el lugar del otro, situarse en su espacio vital, ver el mundo desde su perspectiva. Comprender esya una operación más avanzada: significa abrazar, unirse, hacer los intereses y problemas del otro como propios.
Cuando le decimos a alguien "comprendo lo que te pasa", "me hago cargo de lo que está sucediendo", no hacemos otra cosa que ir hacia su encuentro y rodearle con nuestra cabeza y nuestro corazón. Por eso comprender es aliviar.
Cuando sabemos cómo son los que conviven con...
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