ensayo
A través de la historia los trastornos mentales le han significado a la sociedad un problema; la conducta a veces grotesca, a veces violenta de los “trastornados” provoca desconfianza o aversión. A menudo son recibidos tanto como una presencia incómoda en términos de convivencia, como también cierto entorpecimiento para la directrizhomogeneizadora de esta cultura. Y así, como retrató El Bosco en su pintura “La nave de los necios”, la medida más apropiada para la cuestión de los locos es apartarlos del escenario.
Digamos que a pesar de que las psicopatologías incomodan en la dimensión en que vivimos, la expresión de ellas en el campo artístico puede resultar aceptable e incluso muy atractiva como rasgo estético. No es inusualque atraigan más que la complaciente escuela del realismo, todas esas obras que contienen escenas perturbadoras, colores irritantes o figuras humanas que pierden gran parte de su humanidad transformadas en otras geometrías. Producciones musicales, pictóricas, literarias, donde la disposición de los elementos burla las expectativas armónicas del receptor.
“Es que la barca simboliza toda unainquietud, surgida repentinamente en el horizonte de la cultura europea a fines de la Edad Media. La locura y el loco llegan a ser personajes importantes, en su ambigüedad: amenaza y cosa ridícula, vertiginosa sinrazón del mundo y ridiculez menuda de los hombres”.1
Con el correr de los siglos, la modalidad de abandonar a los dementes en los campos abiertos o mandarlos sin rumbo en una balsa por altamar, fue modificada, surgiendo así las casas de orates y la reclusión de los enfermos en los hospitales psiquiátricos, lo cual presentaba una sociedad más moderna, protectora y organizada.
En este ambiente controlado, se pudo observar con mayor detalle las conductas cotidianas de cada interno, los cuales muchas veces se manifestaban en clamorosas expresiones plásticas o poéticas.
Mención especialmerece un tranquilo dibujante inglés, aficionado a los gatos: Louis Wain, quien al desarrollar una esquizofrenia tardía, comenzó a pintar sus inocentes felinos con apariencias amenazadoras y cada vez menos figurativas. Él es el clásico ejemplo del artista loco cuya patología abre las puertas a una creatividad insospechada.
Los trabajos impresionaron a los médicos, pues significaban fuenteclave para profundizar en el conocimiento de las enfermedades, pero principalmente un grupo pintores y artistas sintieron especial fascinación por ello.
El artista Jean Dubuffet –que desde hacía tiempo discrepaba con la academia- es quien, en su búsqueda de innovación y ruptura, se da la tarea de recoger las obras y darles sentido y lugar en el mundo artístico, fundando en 1948 la "Compagnie d´ArtBrut"2 junto a André Breton y otros.
Sin embargo especificó que el Art Brut no era necesariamente "arte psiquiátrico", si no un arte espontáneo, como dice su nombre: en bruto o al margen de influencias externas y técnica aprendida. Dentro de esta categoría se encuentran “...las producciones de todo tipo (...) que presentan un carácter espontáneo y muy inventivo así como poco endeudado con elarte al uso y con las frivolidades culturales, y que tengan como autores a personas oscuras y extrañas a los medios profesionales...”3. ( Aunque se negaba a dar una definición porque pensaba que definir una cosa es como dañarla).
Y Michel Thevoz4, en su ensayo “L'Art Brut” (Skira, 1975) completa: “... los trabajos producidos por personas, que por varias razones no han sido adoctrinadasculturalmente o pertenecen a círculos marginales socialmente”
Esta enunciación vino a gatillar una suerte de anti-movimiento, del cual se extraía la ruptura radical con la escala de valores estéticos convencionales, en la que pintores, escultores y escritores después de Dubuffet, tomaron como modelo tales principios.
La patología en la obra tiene que ver más bien con cómo operan en ella los principios...
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